LOS ÁNGELES, EU., junio 7 (EL UNIVERSAL).- Juan Carlos Osorio camina sólo por la cancha. Papeles bajo el brazo, conos en la otra mano. Cuenta sus pasos, alinea la recta a «ojo de buen cubero».
En su ceremonia privada, así prepara sus entrenamientos el colombiano, el cerebro del Tri, el técnico nacional.
Los campos de la UCLA son su templo, ahí prepara el juego contra Jamaica, el segundo de esta Copa, el que puede darle la calificación a cuartos de final al equipo mexicano.
Al fondo los jugadores de campo estiran, se preparan para el trabajo físico, en un extremo los porteros ensucian sus uniformes en busca de la aprobación de sus entrenadores.
Todo está listo, los futbolistas pelotean para acabar se soltar los músculos.
Y Osorio, el pensador sale de su concentración para aplaudir el inicio del trabajo. La ceremonia termina, comienza la realidad.