El seleccionador alemán Joachim Löw declaró este miércoles que sus jugadores están «hambrientos y con ganas», de enfrentarse a México, el jueves en Sochi en las semifinales de la Copa de las Confederaciones (18h00 GMT).
«Vamos a jugar contra un equipo extremadamente fuerte, que corre mucho, que tiene jugadores muy técnicos. Es un equipo de otro calibre a Australia y Camerún, del nivel de Chile, con el mismo gusto por la profundidad y la misma mentalidad, mucho orgullo», dijo Löw en la rueda de prensa previa al partido.
«Para nosotros será una muy buena prueba. Evidentemente queremos ir a la final, los jugadores están con ganas y con hambre, pero tendremos que jugar mejor que en la primera parte ante Camerún. No jugaremos con los mismos futbolistas, habrá cambios», avanzó.
Löw recordó el último enfrentamiento oficial entre ambos equipos, en el partido por el tercer puesto de la Confederaciones de 2005, que finalizó 4-3 tras prórroga para Alemania.
«Me acuerdo de aquel partido, entonces yo conocía poco el ftbol internacional y México (Löw era el ayudante del seleccionador Jürgen Klinsmann), pero fue el equipo que más me entusiasmó. Jugaba de una manera tan ofensiva, era algo que yo no veía todos los días. Desde entonces se ha desarrollado, es un equipo que impresiona, en el sentido positivo juega con agresividad», explicó el técnico.
A Löw le preguntaron por el hecho de disputar el jueves su octava semifinal consecutiva (dos como técnico adjunto, seis como principal).
«Estoy especialmente contento de haber alcanzado la semifinal con este equipo porque no podíamos prever que alcanzara este nivel. La semifinal es siempre la prioridad, es un placer haberlo logrado con los jóvenes», dijo.
Luego desveló el buen ambiente entre los suyos: «Hay un gran espíritu de equipo, se ha creado una buena convivencia, se quedan mucho tiempo en la mesa tras comer, hablan entre ellos, esto está bien para hacer equipo».
Finalmente el técnico, que lleva desde 2006 al mando en la selección, desveló cuándo decidió dar descanso a los jugadores importantes y traer a un equipo joven.
«Sabía que habían tres torneos en tres años; en 2016, 2017 y 2018. Tras el Mundial (2014) hubo experiencias negativas, muchas lesiones y jugadores en mala forma física. Un torneo representa una carga increíblemente pesada. Entonces pensé en convocar otro equipo para la Confederaciones», dijo.
«Era una buena ocasión para hacer jugar a los jóvenes, porque un torneo es diferente a un partido amistoso. En este sentido estamos muy satisfechos de la decisión», concluyó.