La forma en la que llegó al timón de la Selección Nacional (como interino, tras la salida de Diego Cocca), privó a Jaime Lozano de elegir a los futbolistas con los que afronta la Copa Oro; sin embargo, asegura estar contento con el grupo que tiene y da a entender que no necesita naturalizados.
El «Jimmy» les da su lugar, pero considera que la única forma en la que un elemento nacionalizado puede llegar al Tricolor es que sea mucho mejor que los mexicanos por nacimiento.
«Evidentemente, son mexicanos, porque la ley lo dicta», recuerda. «No me gustaría entrar en estos supuestos, porque aquí tenemos a los 23 mejores de México«.
Durante las más recientes semanas, se ha especulado sobre si el argentino Germán Berterame (Monterrey) y el colombiano Julián Quiñones (América) podrían ser considerados para el combinado, debido a que ya cumplieron con su proceso de naturalización.
«Berterame y Quiñones han tenido dos años muy buenos y se sienten cómodos en el país, en la Liga, pero hoy no los tenemos y si un jugador se naturaliza, su nivel debe estar muy por encima del mexicano, porque si es similar, yo siempre apuesto por el nacional».
Eso sí, Lozano recuerda que muchos de los futbolistas que adquieren la nacionalidad mexicana, «lo hacen por amor al país, incluso tienen hijos mexicanos», aunque reitera su postura de que el nivel debe ser muy superior al que muestre el que nació aquí.