José Juan Macías, Sebastián Jurado, Roberto Alvarado, Alexis Vega, entre otros, son nombres en los que recae el futuro del futbol mexicano; éstos y algunos más están en las manos de Jaime Lozano, técnico de la Selección Mexicana Sub-23, para encarar el Preolímpico de la Concacaf que inicia el 20 de este mes en Guadalajara.
Si clasifica a los Olímpicos de Tokio, el Jimmy cumplirá con uno de los objetivos, pero si no, su carrera como técnico quizá se tambalee, y probablemente también el porvenir de muchos de estos jóvenes.
“Es importante esta generación, porque es el cambio generacional que tenemos para la Mayor. Muchos de estos jugadores ya están consolidados en sus equipos, y Gerardo Martino [técnico nacional] les ha dado oportunidad en el primer equipo… Vienen con ilusión, con ganas, quieren ser mejores y quieren sumar… Y sí, es una gran responsabilidad estar al frente de ellos”.
Y esa responsabilidad puede traer consecuencias. “¿Me estoy jugando mi futuro? Sí, pero como técnico te la juegas cada ocho días en cada competencia. Alguna vez [Alfredo] Valverde [extécnico del Barcelona], dijo que el triunfo sólo aplaza la crítica o el despido, y es la verdad, como técnicos estamos conscientes de eso, siempre buscamos ganar, le damos las herramientas a los jugadores, ya lo que pase en la cancha no depende de ti, pero eres responsable”.
México Sub-23 se enfrentará en el Preolímpico contra Estados Unidos, Costa Rica y República Dominicana, a todas luces parece fácil llegar a la final y ganar una de las dos plazas a Tokio, aunque quizá lo más difícil sea formar el equipo. “La concentración iniciará el 15 en Guadalajara y tengo la total libertad, hasta hoy, de llamar a quien sea, a quien quiera, pero… ya que me los presten es otra cosa”, dice Lozano con una sonrisa irónica.
—¿Esperas negativas de algún club con los jugadores?
—Espero que no haya problema, pero libertad, tengo.