El chileno Alexis Sánchez, con un gol en el último segundo de la prórroga, le dio el triunfo por 2-1 al Inter de Milán contra el Juventus y entregó al cuadro interista la sexta Supercopa italiana de su historia.
Alexis puso su firma en una de las grandes noches de la historia del Inter, que tumbó al Juventus, su histórico rival, en una final intensa, bloqueada que parecía ya encaminada hacia la tanda de penaltis.
El delantero chileno anotó el gol decisivo al aprovechar un error del brasileño Alexis Sánchez cuando el técnico del Juventus, Massimiliano Allegri, pedía a gritos que sus jugadores hicieran una falta táctica para permitir la entrada al campo de Leonardo Bonucci en vista de una tanda de penaltis que finalmente fue evitada en el último suspiro.
Salió a morder el Inter, consciente de las importantes bajas del Juventus, encabezadas por Federico Chiesa, quien sufrió una lesión de cruzado el pasado domingo, y rozó varias veces la ventaja en los primeros minutos, protestando además por un posible penalti sufrido por Nicoló Barella, derribado por Giorgio Chiellini.
El Juventus, en el que Dybala arrancó como suplente para no arriesgar sobrecargas, tuvo el mérito de salir vivo de la tormenta ofensiva interista y, a los 25 minutos, en su primera oportunidad clara, el español Álvaro Morata colgó un centro que McKennie envió al fondo de las mallas de cabeza para dar una inesperada ventaja a los de Allegri.
Pudo ser un golpe psicológico para el Inter, pero los hombres de Simone Inzaghi no perdieron la calma, recuperaron el mando del balón e igualaron antes del descanso gracias a una pena máxima conseguida por el bosnio Edin Dzeko por una falta de Mattia De Sciglio y transformada con potencia por Lautaro.
La diana del «Toro», la duodécima de su temporada, hizo que el partido volviera a su guión. El balón era del Inter, pero el Juventus defendió con orden y apenas concedió espacio que su rival disparara a portería.
Ni las cartas mezcladas de Inzaghi, que cambió a su delantera en el 70, al dar paso a Alexis Sánchez y a Joaquín Correa por Lautaro y Dzeko, ni las de Allegri, que lanzó a Dybala y Moise Kean, pudieron evitar la prórroga.
Con el pasar de los minutos aumentó el miedo en ambos conjuntos, que prefirieron defenderse con orden y evitar riesgos a la espera de jugarse el trofeo en la tanda de penaltis.
Allegri, ya convencido de terminar en los penaltis, quiso dar paso a Leonardo Bonucci en el último minuto, pero fue entonces cuando un balón colgado en el área, mal jugado por Álex Sandro, fue aprovechado por Alexis para darle al Inter la Supercopa de la forma más dulce.