GLENDALE, EU., julio 20 (EL UNIVERSAL).- Juan Carlos Osorio tiene el escenario perfecto para dejar a un lado su incapacidad de ganar juegos de eliminación directa con la Selección Mexicana.
Falló en sus dos primeros duelos a matar o morir. Ante Honduras, este jueves por la noche en los cuartos de final de la Copa Oro, está obligado a quitarse ese estigma, más por la debilidad del rival que por las virtudes que ha mostrado su equipo.
El Tri quedó marginado de la Copa América Centenario 2016 ante Chile por el escandaloso 0-7 en Santa Clara, en cuartos de final.
Un año después, la debacle reapareció para el estratega colombiano. Su combinado fracasó en la semifinal de la Copa Confederaciones, al perder nuevamente por goleada: 1-4 frente a Alemania.
Si se suman ambos partidos, el resultado es un pesado marcador de 1-11. Los partidos trascendentales los ha dejado escapar el estratega verde sin, como se dice en el argot, meter las manos.
Árbitro «amigo». Walter López, silbante del juego de este jueves, ya le «echó la mano» al Tri. El guatemalteco le cobró una pena máxima en la pasada Copa Oro, frente a Costa Rica, en cuartos de final.