Ese grito que el balompié nacional aún lucha por erradicar, podría costarle muy caro a la Federación Mexicana de Futbol.
El partido que este miércoles disputarán las selecciones de Estados Unidos y México, en el estadio State Farm, tendrá un importante valor… Y no sobre el campo.
En mayo del año anterior, la Federación Estadounidense de Futbol (US Soccer) decidió que las selecciones cuyos aficionados realicen el grito homofóbico en las tribunas sean vetadas de jugar dos años de este lado de la frontera.
Obviamente, el principal señalado es el Tricolor, cuya buena parte de sus ingresos emanan del lucrativo contrato que tiene con Soccer United Marketing (SUM), la empresa que organiza los duelos amistosos del equipo hoy dirigido por Diego Cocca de este lado de la frontera.
Si este miércoles, el «¡Puto!» explota en las tribunas del hogar de los Cardinals de Arizona, la US Soccer estudiaría seriamente la posibilidad de vetar dos años a la Selección Mexicana, después de realizar una investigación.
Si se da la sanción, estaría en riesgo la participación del equipo nacional en la Copa Oro 2023 y la Copa América 2024.
Desde hace algunos años, la FMF trabaja para erradicar un grito que le ha costado diversas multas y jugar algunos partidos oficiales a puerta cerrada.
La FMF y SUM cumplen este año dos décadas de vínculo.