Al Calor Deportivo

Gerardo Martino y su anhelo para el juego ante Argentina

Gerardo Martino nació en Rosario, Argentina, hace 60 años, pero dirige y defiende los colores de la Selección Mexicana desde hace tres… “Y lo haré con todo profesionalismo”.

Una pregunta lleva jiribilla, alguien osa poner en duda el profesionalismo del Tata, de cara al juego de hoy contra Argentina, que es clave para saber si se puede seguir con vida en el Mundial.

El técnico tiene claros sus orígenes, pero también sus formas y esencia: “Soy argentino, puedo decirle hasta el nombre del sanatorio donde nací, pero trabajo desde hace tiempo en el futbol mexicano y debo hacer hasta lo imposible para que México gane. Nadie me va a hacer cambiar de esa posición”.

Dentro de esa búsqueda por tratar de llegar lo más lejos posible, Martino podría darle un gran golpe al orgullo de su país, pues dejaría a Lionel Messi sin la posibilidad de ganar el torneo.

Se encoge de hombros y sólo atina a decir: “Pero si estuvieran en mi lugar… ¿Qué harían?

“Buscaré hacer jugar bien a México y buscaré que México gane este partido”, agrega.

Quiere ganar, trascender, aunque las formas no sean las que ha manejado desde que llegó a la Selección Mexicana: “Uno tiene una forma de jugar, pero esto también depende de la selección a la que se enfrenta. Cuando uno juega contra una poderosa, se puede jugar menos de la forma tradicional… Pero debemos pensar en ganar”.

Y, para que quede claro, confirma: “Trabajo en los dos escenarios [ser protagonista del partido o salir a esperar]”.

Ganar sería maravilloso, pero perder también está en el camino a transitar: “Para nosotros, el juego es clave. Sí, tenemos un punto más en la tabla, pero es un juego determinante para los dos”..

¿El empate sería bueno?

—Hay otros partidos que se van a jugar [Arabia Saudita contra Polonia] y eso también tiene sumo interés en lo que pasa en nuestro juego. Hay veces que un partido se da de tal manera que no lo mereces y empatas, y eso es bueno… Y a veces mereces más, como contra Polonia, y no vemos tan bien igualar.