Miles de franceses se congregaron esta noche en la Plaza de la Concordia de París para recibir a «Les Bleus», orgullosos de su selección a pesar de la derrota y de la desorganización de los homenajes a la llegada, con varios cambios de planes entre la Federación y el Gobierno.
Recién aterrizados de su vuelta desde Qatar, los jugadores galos subieron a un autobús que los llevó directamente al corazón de la capital, para poder saludar a sus aficionados desde el balcón del emblemático Hotel Crillon.
La plaza los recibió con vítores, bengalas y al grito de «allez Les Bleus» (vamos, Azules).
Especialmente el entrenador Didier Deschamps, coreado por su nombre de pila, y la gran estrella del combinado francés, Kylian Mbappé, levantaron con euforia los decibelios junto al Sena.
«Una actuación top, se lo han merecido pero desafortunadamente no tuvieron suerte«, explicó a EFE un aficionado que aguardaba ya dos horas antes de la llegada de los subcampeones.
«Estamos orgullosos del equipo francés, estamos orgullosos de su desempeño incluso si terminó mal para ellos, estamos muy muy orgullosos de ellos», compartió con EFE otro hincha que acudió a la Plaza de la Concordia con su mujer y sus dos hijos enfundados en banderas galas.
Aunque no hubo discursos ni fue un baño de masas con grandes preparativos (más allá del fuerte dispositivo de seguridad), los internacionales franceses pudieron así recibir el cariño de miles de hinchas que desafiaron al frío de la noche parisina tras una jornada de confusión sobre la bienvenida a los subcampeones.
A primera hora de la mañana, la ministra de Deportes francesa, Amélie Oudéa-Castéra, había anunciado un recibimiento masivo a los jugadores en París hacia las seis de la tarde (17.00 GMT), pero pocas horas después el presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët, desmintió la iniciativa en declaraciones televisivas.
Apenas hora y media después, la propia FFF corrigió al dirigente deportivo y confirmó el saludo al público en la plaza de la Concordia alrededor de las 20.30 locales (19.30 GMT), una hora después de su aterrizaje previsto en el aeropuerto Charles de Gaulle de la capital francesa.