Hay dos equipos en la Liga MX en los cuales Fernando Beltrán no jugaría jamás. En uno, cuando niño fue a solicitar una oportunidad para probarse pero le dijeron que no era apto para estar ahí, el América, mientras que en el otro, por ser enemigo del Guadalajara lo descarta.
El “Nene” no titubeó al momento de mencionar en los clubes que jamás jugaría: “No iría porque amo mucho a Chivas y no quiero jugar ni en Atlas ni en América”.
A Beltrán le tocaron tiempos difíciles con varios estrategas como Tomás Boy o José Saturnino Cardozo, porque cuando bien le iba, estaba en la banca o de plano ni siquiera era convocado, por lo que estar en la tribuna después de jugar con la Sub-20, era su único escape.
Acepta que la pasó mal, que estuvo pensando seriamente en irse, pero al final, con la buena labor de Mariano Varela, Fernando Beltrán tuvo paciencia para quedarse y ahora ser un indiscutible en Chivas.
“Creo que tenía que vivirlo, pasarlo tal cual, pasar por esa parte donde un jugador sufre, donde toman determinaciones que a uno no le gustan, que son decisiones totalmente tristes por no poder aportar al equipo, no estar en banca, ir a la 20, el que quizá ni a la 20 y quedaba solo la tribuna”.
A todo eso le sacó provechó el “Nene”, porque tomó lo bueno, no desistió y hoy está cosechando los frutos que le dio la paciencia, que estaba acompañada de muchos consejos de varios personajes del club.
“Maduré, valoré lo que sucedía para cuando hoy, que estoy teniendo más minutos, se me da la oportunidad, pues no dejarla ir, no echar a la borda todo por relajarme diciendo ‘tengo más partidos’. Por ese lado no es, no vale la pena y tomé la mejor decisión en no salir, con agradecimiento a Mariano Varela porque no me dejó ir, confió en mí al igual que Ricardo Peláez. Me dijeron que terminaría jugando, que sería titular y agradezco al club, que siempre me apoyó cuando yo quería irme. Estoy agradecido”, sentenció.