El Universal
Clint Dempsey tiene la capacidad de poner feliz a Jürgen Klinsmann. En cuanto el delantero de Estados Unidos firmó su doblete con un cabezazo certero, el entrenador saltó jubiloso de su banquillo, alzó los brazos y celebró un debut victorioso en la Copa de Oro 2015.
La selección de las barras y las estrellas no mete miedo aún, sólo es efectiva. Gana 2-1 a Honduras, se lleva los tres puntos y se va conforme, pese al sufrimiento final. Así inicia su camino de revalidar el título de la Concacaf .
Estados Unidos tuvo un partido deslucido, sin mayores detalles de talento y poca precisión en sus tres líneas del campo. Se mostró vulnerable, lejos de aquella selección que, se supone, tiene que pasarle por encima a todos sus rivales hasta llegar a la final.
Prueba del desconcierto de los vecinos del norte fue que Honduras tuvo más disparos a gol en la primera mitad. Los catrachos pusieron nueve tiros abajo de los tres postes, por sólo tres de los anfitriones.
El portero Brad Guzan tuvo una noche en la que se vio obligado a emplearse a fondo para evitar una sorpresa mayúscula en el torneo.
El trabajo del técnico Jorge Luis Pinto cada vez luce más sólido con los centroamericanos. Los hondureños poco a poco empiezan a creer que pueden competir con más armas que las constantes faltas y el juego físico al que se han acostumbrado a lo largo de los años. Asediaron a uno de los equipos candidatos al título.
Pero la suerte no estuvo de su lado, Todos los embates catrachos se quedaron ahogados.
Apenas al minuto dos, Anthony Lozano lanzó un disparo por abajo que Guzan atajó con problemas. Andy Nájar también probó al marco, 10 minutos más tarde.
Los estadounidenses estaban desestabilizados por el buen juego de su rival. Estaban asfixiados, con el rostro visiblemente contrariado, porque eran superados y no podían oponer una resistencia que los regresara al partido.
Vino la sacudida en el encuentro. Una jugada que cambió los papeles y revirtió las sensaciones de ambos. El duelo cambió por completo.
Una acción atropellada, que fue más con ímpetu que producto de la elaboración o el talento de sus disciplinados jugadores.
Dempsey se encontró con el balón, tras un rechazo de la defensa, y puso la cabeza para empujarlo a las redes. El guardameta Donis Escobier no supo que hacer y el balón llegó lentamente a las redes (25’).
Honduras quedó muy golpeado anímicamente. De nada le había servido dominar el partido casi a placer. Fue una nula posesión de balón y su poca pegada le terminó costando.
Los estadounidenses se fueron al frente. El shock catracho se hizo evidente. Siguió con el balón en sus pies, pero aún con menos idea que antes de verse en desventaja.
La segunda mitad fue parecida. Honduras comenzó a dominar, hasta que vino una pelota parada que cobró Michael Bradley y que Dempsey remató de cabeza en el área chica para el 2-0 al minuto 64.
Vino la zozobra para los pupilos de Klinsmann. El hondureño Carlos Discua marcó el descuento, a los 68’.
Poco más de 20 minutos, los centroamericanos soñaron con una igualada. Pese al esfuerzo, no lo lograron.
Así, Estados Unidos cumple, gana con lo justo. Sabe que lo bueno viene más adelante.