CIUDAD DE MÉXICO, junio 14 (EL UNIVERSAL).- Hace 22 años en Los Mochis, Sinaloa, nació Erick Gabriel Gutiérrez Galaviz. Y 22 años después, está a las puertas de jugar su primer mundial.
De pequeño, practicó muchos deportes. Sinaloa es tierra caliente, donde uno se tiene que aprender a defender desde pequeño, así que entrenó boxeo y claro, béisbol, el deporte local.
Hasta que a eso de los siete años alguien puso un balón en sus pies y ya nunca se despegó de él. El comenzar a destacar no fue fácil, lo ha dicho abiertamente «era re malo», pero el gusto lo llevó al crecimiento, tanto que a los doce años el Pachuca lo reclutó.
Abandonó Los Mochis para irse a Hidalgo. Hubo noches en que quiso largarse, la soledad hizo mella, pero aguantó, porque al final sabía que en esa soledad podría basarse el futuro de su familia.
A los 18 años al fin debutó y de ahí su carrera se fue agrandando al ser seleccionado Sub 20, Sub 22, Sub 23, Olímpico y ahora Mayor.
Parte del Tridente Tuzo, muchas veces dijo que su ilusión era jugar el Mundial junto a sus grandes amigos Hirving Lozano Y Rodolfo Pizarro, al final, Lozano se quedó, Pizarro no y él entró de último momento y además, celebró entrar a la lista de 23 jugadores mundialistas, con el nacimiento de su hijo.