El Universal
A más de nueve mil kilómetros de la tragedia, mientras se alistaba para ir al entrenamiento del Real Madrid, Hugo Sánchez recibió esa noticia que le congeló: un terremoto había devastado a la ciudad de México.
Comenzaron horas de dolor para un hombre que jugaba su primera temporada con los Merengues. Anhelaba entrar en contacto con sus familiares. No pudo. El sismo incomunicó al Distrito Federal durante mucho tiempo.
“Fue un momento tristísimo y jamás se había recibido una noticia así, porque el terremoto de 1985 fue para todos los mexicanos, tanto los que estaban en el país como los que nos encontrábamos fuera, impactante de manera desagradable”, recuerda el ‘Pentapichichi’, entrevistado vía telefónica. “Lo primero que escuché fue que había desaparecido la ciudad de México”.
“Me preparaba para ir al entrenamiento con el Real Madrid, pero agarré el teléfono para marcar a mi madre, padre, hermanos y a algún familiar, con el objetivo de saber qué había pasado. No pude contactar a alguien, lo que me asustó a tal grado que pasé varias horas… Llamé al club para decir que no iría a entrenar porque había acontecido esta situación. Estaba preocupado por mi familia, mi ciudad y mi país”.
El exitoso paso que tuvo en el Atlético de Madrid y la llegada al equipo blanco ya le daban el estatus de figura en la capital española, así es que diversos medios de comunicación le buscaron para saber su sentir por la tragedia, pero el goleador necesitaba ayuda… Y la recibió.
“Todo el mundo estuvo respaldándome para buscar algún tipo de comunicación”, relata. “La que pude tener fue a las tres o cuatro horas con un radio aficionado y, por medio de una emisora de radio, hicieron favor de contactarme para informarme qué había pasado en la ciudad de México”.
“Fueron horas infernales, sin saber cómo estaba mi familia, la ciudad, el país, por el terremoto”.
Halló cierta tranquilidad al conocer que el sismo no desapareció a la capital del país, pero no experimentaría completa paz hasta poder escuchar la voz de algún ser querido.
“Pasaron seis o siete horas [para comunicarse con sus familiares], pero a las cuatro ese radio aficionado me dijo zonas en las que se habían presentado derrumbes de edificios, como el centro, Cuauhtémoc, el Centro Médico, Tlatelolco”, relata ‘Hugol’. “Me tranquilizó, entre comillas, saber que no había desaparecido la ciudad de México. Conforme fueron pasando las horas, supe la magnitud, el número de personas que fallecieron”.
“Mi hermano Héctor, el mayor, estaba viviendo en San Diego, y sí pude comunicarme con él. Le pregunté qué pasaba, pero me dijo que estaba igual que yo: no podía comunicarse. Después, él me dijo que había hablado con una de mis hermanas, quien le comentó que hubieron desgracias tremendas en toda la ciudad, muchos muertos, afectados, pero que —egoístamente hablando— gracias a Dios, en el tema de la familia, no se había dado algún percance, pero verdaderamente fue una preocupación tremenda”.
De las más fuertes que sintió durante las siete temporadas que militó en el Real Madrid.
Es por eso que el ex goleador tiene varios motivos para no olvidar el jueves 19 de septiembre de 1985. También vivió la tragedia a más de nueve mil kilómetros de distancia, con dolor y zozobra.