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- Escrito el:: 7 junio, 2016
Cuando Héctor Moreno ganaba el título del mundo Sub-17 en 2005, Rafael Márquez ya había ganado tres campeonatos con el Mónaco de Francia y...
PHOENIX, EU., junio 7 (EL UNIVERSAL).- Cuando Héctor Moreno ganaba el título del mundo Sub-17 en 2005, Rafael Márquez ya había ganado tres campeonatos con el Mónaco de Francia y dos con Barcelona.
Cuando Néstor Araujo entraba a la secundaria en 2002, Márquez ya jugaba su primera Copa del Mundo.
Tenerlo al lado y aprender de él, fue el sueño que tuvieron como niños los dos centrales y hoy se ha cumplido.
“Parece que está en su tercera juventud”, dice sonriente Moreno, estrella del PSV de Holanda. “Yo, feliz de jugar a su lado”.
No duda el decir que de niño, “Rafa era mi referente, mi ídolo y el compartir concentración, cancha con él, es maravilloso”.
Araujo es discreto en sus palabras, pero no niega que estar junto a Márquez “es muy especial. Lo veía en la tele con el Barcelona. A veces no creías que fuera verdad que alguien pudiera jugar así”.
Alguien que ve los movimientos de Márquez es el portero. Alfredo Talavera es testigo del juego que dio el central ante Uruguay.
“Es un monstruo, un gran jugador y además es una gran persona. Esperemos tenerlo ahí por mucho tiempo. Para todos es una gran enseñanza verlo dentro y fuera del campo”, argumenta el cancerbero, quien no duda en recalcar: “Es todo un veinteañero. Ojalá que nos dure mucho años más”.
Lo mismo opina Miguel Layún: “Su aporte es sensacional. Sabe hacer el movimiento justo en el tiempo y lugar adecuados. Siempre que juega Rafa hay que verlo muy bien, da cátedra”.