El VAR no solucionó el problema del arbitraje mexicano en su estreno en la Liga MX.
En dos partidos, el videoarbitraje tomó escena en la jornada 13, para marcar un par de penaltis, confirmar un gol y comprobar una tarjeta roja.
Tres, de las cuatro decisiones, estuvieron correctas.
El primer partido de la semana, entre Atlas y Veracruz, el silbante Adonaí Escobedo Gómez fue el primero en solicitar el videoarbitraje, tras una barrida de Luis Caicedo, defensa de los Tiburones, sobre el atacante Jefferson Duque.
El juez central revisó la jugada y, a pesar de que se apreció que el zaguero no provocó la caída del rojinegro, marcó penalti.
Así se estrenó la nueva tecnología en el arbitraje mexicano: con una incorrecta decisión, pero no terminó ahí.
Durante el mismo partido, Escobedo recibió un llamado desde la camioneta estacionada sobre la explanada del estadio Jalisco, por una posible mano dentro del área de Leiton Jiménez, defensor del Atlas. Al revisar la jugada, el central pitó penalti correctamente.
Es importante señalar que es el mismo árbitro quien toma la decisión de consultar la repetición en la pantalla.
En el otro partido donde se requirió el videoarbitraje, Monterrey vs. Toluca, Fernando Guerrero utilizó en un par de ocasiones el videoarbitraje. En ambas fue para comprobar decisiones que ya estaban marcadas.
Osvaldo González abrió los cartones con un cabezazo que lucía en fuera de lugar, mas el árbitro, después de ver la jugada, confirmó que el chileno estaba en línea y el gol era legítimo.
Casi al término del cotejo, el escarlata Rubens Sambueza se fue expulsado por una patada sobre Avilés Hurtado. Al no quedar convencido, Guerrero revisó la jugada, pero no cambió de parecer y el capitán de los Diablos se fue a las regaderas antes de tiempo.