El Soldier Field se ha convertido en uno de los territorios que la selección de Estados Unidos ha defendido mejor cuando se ha tratado de partidos con un título en disputa. En lo que se refiere a Copa Oro, ha jugado dos en ese recinto, ambos con victoria: en 2007 ante México (2-1) y en 2013 frente a Panamá (1-0).
El destino vuelve a poner frente a frente a estadounidenses y mexicanos en una final. De nueva cuenta en Chicago, en donde la Selección Nacional buscará evitar que su acérrimo rival en la Concacaf lo iguale en campeonatos dentro de esta Copa, con el formato que hoy conocemos.
Aunque entiende que las estadísticas e historia adornan este tipo de encuentros, el técnico Greg Berhalter no ve más allá de lo que
espera del partido del domingo: “México está en nuestro camino para ganar la copa, la rivalidad está ahí, pero nuestra intención es ganar este torneo”.
Aquel antecedente fue positivo para los entonces dirigidos por Bob Bradley. Andrés Guardado puso adelante al equipo de Hugo Sánchez, pero —en la segunda mitad— Landon Donovan y Benny Feilhaber dictaron el triunfo para los anfitriones.
Mientras el equipo mexicano entrenó a puerta cerrada, los estadounidenses la abrieron para mostrar cómo disfrutan estos días, que —aseguran— son muy importantes para el futbol de su país, ya que el domingo, además de Ia final de la Copa Oro, el equipo femenil disputará el duelo por el título del mundo ante Holanda, en el certamen Francia 2019.
“No hay nada mejor que jugar una final y, cuando te das cuenta de que es contra México, hay que tomar este juego y estos días para disfrutarlos”, comentó el experimentado volante de contención Michael Bradley, quien aseguró que no existe una fórmula para compartir con los nuevos talentos del equipo, a quienes simplemente les pide que mantengan el nivel y la ambición con la que llegaron a estas instancias. “No hay un guión, no funciona como que les digas una historia ‘¿Saben qué?, como atleta, no hay nada mejor que competir en una final’”.
La lectura que el defensor Omar González le da a este duelo es que “hay presión de ambos lados, porque todos queremos ser campeones y lo que es seguro es que el juego será lindo y sólo uno puede ser campeón”… Y si los estadounidenses se imponen, “no me interesa lo que pase allá [con las críticas a Gerardo Martino]”.
La selección de Estados Unidos buscará defender el Soldier Field y volverse a poner en el mapa de la Concacaf después de quedar fuera del Mundial Rusia 2018.
Han iniciado un cambio en la manera de trabajar con Berhalter al mando yChristian Pulisic como estandarte. La primera prueba, así como para México y el Tata, es ganar esta Copa Oro. Lo bueno para ellos, de entrada, es que el duelo será en un inmueble que suele traerles suerte.