Al Calor Deportivo

El norte es la envidia

GUADALUPE, NL., diciembre 9 (EL UNIVERSAL).- Directo fue Ricardo Ferretti al señalar que muchos estados del país, seguramente envidian a Nuevo León, ya que en los últimos años sus equipos han monopolizado las finales.
Y su boca está llena de razón.

Este siglo XXI, los regiomontanos han dominado. Sus dos clubes: Tigres y Rayados, han llegado a quince finales, es verdad, se encuentran detrás de las 18 que tiene la Ciudad de México, pero en el antes Distrito Federal, hay tres equipos (América, Cruz Azul y Pumas), y antes cuatro (Necaxa).

Todo comenzó cuando al «Tuca» le preguntaron sobre las últimas finales perdidas que tienen los Tigres en los últimos años, ante América en el Apertura 2014 y contra el Guadalajara apenas en el pasado Clausura 2017: «Mira…», dijo el veterano técnico con rasgos de fastidio, «en Nuevo León tenemos cinco finales (del Apertura 2015 a la fecha, entre los dos conjuntos) ¿y cuántos equipos no quisieran estar en nuestro lugar? Mínimo 16».

Y como buen lobo de mar que es, dándose cuenta de que la pregunta venía de un representante de prensa de la capital del país, no perdió la oportunidad de lanzar su dardo… «quisieran, reitero, tener las finales que tenemos los equipos de Nuevo León. Ahí están los estados que tienen tres equipos y no han logrado eso».

Del año 2000 a la fecha, se han disputado 43 series por el título en la Liga Mexicana, de las cuales los equipos de la capital han aparecido en 18 ocasiones, siendo cuatro si se cuenta a Necaxa, que se mudó en 2003 a Aguascalientes; Nuevo León tiene 15 entre Rayados y Tigres, y más atrás, muy lejos le siguen Torreón (Santos Laguna con nueve); el Estado de México (Toluca con ocho) e Hidalgo (Pachuca (también con ocho).

Detrás se encuentra Jalisco, que con tres clubes: (Chivas, Atlas y Tecos), sólo tienen cuatro apariciones en los juegos definitivos, tres del Guadalajara y una de los desaparecidos Estudiantes. Lo mismo ha logrado Michoacán, pero nada más con Morelia de estandarte.

Guanajuato y el León suma dos, mientras que Cancún con Atlante, San Luis Potosí con San Luis, Baja California Norte con los Xolos de Tijuana y Querétaro con Gallos Blancos, sólo acumulan una final cada una.

«Lo que han hecho los dos equipos de Monterrey es impresionante, y no tiene nada más que ver con el poderío económico», dijo Claudio Suárez, quien jugó para los Tigres.

Los ojos del futbol mexicano miran hacia el norte, hacia Monterrey. Aquí, los habitantes tan orgullosos de que por fin sus equipos se posesionen del balón, y dejen fuera a los llamados grandes, algunos de ellos arrastrando una larga crisis y otros buscando, como es obligación, alcanzar el trofeo de campeón cada seis meses. Mientras, se mueren de la envidia, porque el Norte manda.