Los futbolistas son seres extraños, especiales, que —muchas veces— hacen lo que desean sólo cuando quieren.
Si alguien se acuerda de Alex Stik Castro, el colombiano que jugó en Cruz Azul el torneo pasado y que portó el número 10, hay que felicitarlo, porque pasó sin pena ni gloria, pero… ¿Qué creen?
En su regreso a Colombia, para jugar con el Atlético Nacional, se ha destapado, haciéndola no sólo de extremo, sino como enganche, y siendo pieza clave para que su equipo logre puntos.
Ya lo consideran la revelación del campeonato. Qué bueno, porque aquí en México, ni para estorbar servía. No cabe duda que le hizo mucho bien irse de La Máquina.