Y un día, a alguien se le ocurrió. Si Marigol juega con los hombres.
Y no era como en aquellos tiempos de niñez, cuando compartía cancha con niños, con adolescentes, ya eran los tiempos de profesional, eran los tiempos de oro de Maribel Domínguez.
Era el 2003, era el 2004, Maribel Domínguez era la punta de lanza de la nueva generación de futbolistas mexicanas que habían jugado una Copa del Mundo.
La oriunda de Valle de Chalco, había dado el salto a los Estados Unidos, jugando en universidades y en una liga femenil que no era estable, que desapareció a los pocos años de formación.
La delantera sobrevivía entrenando en selecciones estatales, hasta que a alguien se le ocurrió.
¿Y si juega con hombres?
Los entonces directivos del Atlético Celaya, que ya no eran los Fernández, los que llevaron a Emilio Butragueño a esa ciudad, tuvieron la ocurrencia: «Maribel jugará con el Celaya», que en ese entonces estaba en la llamada Primera A.
Marigol, «entrona» como siempre, estaba dispuesta a correr el riesgo, muchos aseguraban que las diferencias físicas no serían problema, que el futbol hablaría por sí mismo…
Todo esto era debido a que en la cuarta de división de Holanda, hoy Países Bajos, Ellen Fokeman de 19 años, había sido inscrita en la liga masculina.
Mucho ruido. Mucha cuestión mediática.
Maribel y directivos celayenses salían diario en todos los periódicos, en los medios de comunicación, pero…
Josep Blatter, entonces presidente de la FIFA, hoy expulsado del organismo, declaró: «Se debe mantener una clara división entre el futbol masculino y el femenino. Si esta señorita quiere jugar entre los hombres, que lo haga, pero no dentro de nuestra institución”.
Y así, Maribel Domínguez y todo lo que la rodeaba, se quedó sin la posibilidad de jugar con hombres, sólo quedarían los recuerdos de aquellos años de niñez en el Valle de Chalco, cuando no importaba el género a la hora de patear la pelota.