TOLUCA, Méx., marzo 13 (EL UNIVERSAL).- Aunque llevar el caso de Pablo Aguilar y Enrique Triverio al Comité de Apelaciones parece el principio del fin en el conflicto entre la Asociación de Árbitros y la Federación Mexicana de Futbol, no se terminará ahí. La acción que tomaron los silbantes ha dejado enfurecidos a muchos dueños y, para muestra, el mensaje de Ricardo Salinas, presidente de TV Azteca —propietaria de los clubes Morelia y Atlas—, quien desaprobó el proceder arbitral.
“Mal por los jugadores que agreden; mal por los árbitros que amedrentan. La afición depositó su confianza en ambos, y hoy, la traicionan… Jugadores y árbitros, tienen un papel claro [y muy bien retribuido] en el futbol. No pueden secuestrar a la afición mexicana. ¡Inaceptable!”, publicó el empresario, en su cuenta oficial de Twitter (@RicardoBSalinas).
Más tarde puso otro mensaje: “24 millones de fans del futbol mexicano, se jodieron por el arbitrario paro de árbitros. ¡Lo que nos faltaba después del Trumpazo!”.
Está claro que el conflicto no quedará ahí y tarde o temprano podría haber represalias de algún tipo, no sólo para los árbitros cabecillas del movimiento (Roberto García y José Luis Camargo), sino para los directivos que —aprovechando esto— han puesto en entredicho a las cabezas de la FMF.
En la cuestión arbitral, hoy más que nunca estaría en duda la participación de García y Camargo en la Copa del Mundo Rusia 2018, ya que ellos, junto a Fernando Guerrero (quien se dice es el único esquirol en el grupo de árbitros), son los más fuertes candidatos.
Y queda en el aire qué pasará con Héctor González Iñárritu, a quien los árbitros ya no le creen y podrían pedir su salida, y también con Eugenio Rivas, pues si la cédula de los silbantes fue alterada como tanto se presume, todo apunta a la Disciplinaria.