Con la bandera de buscar el fin de la multipropiedad en el futbol mexicano, los dueños de varios equipos han comenzado con algunas estrategias para «disfrazar» los movimientos que vienen, que no son más que eso, estrategia para no perderle en el negocio y hasta poder posicionar los clubes del antiguo Ascenso MX en Primera División.
Tal es el caso de Grupo Pachuca, que anunciaría en unos días la venta de los Mineros de Zacatecas a «empresarios locales» (cómo les gusta ese término), con lo que dirán que ya no tienen tres equipo, que solamente se quedarán con los Tuzos y con el León para cumplir con los cuestionamientos por tener muchas franquicias.
Pero tampoco es que suelten así por qué sí el negocio. Aunque presenten a otros «dueños», «directivos» o como quieran decirle, el Grupo de los Martínez seguiría operando a los Mineros en espera de que sin aparecer en el acta, pueda quedar certificado para estar en la Liga MX, lo cual representa pasar de cotizar en millones de pesos a hacerlo en millones de dólares y entonces si volver al negocio.
Esta estrategia también la han pensado llevar a cabo en Sinaloa, con los Dorados, que son propiedad de la gente de Tijuana, que por lo pronto y ahí si de manera definitiva, se deshizo del Querétaro, que no estaba representando algo importante para ellos.