Dinamarca vivió una noche mágica en su estadio con una goleada frente a Rusia (4-1) que, unida al triunfo de Bélgica contra Finlandia, mete a los daneses en octavos de final como segundos de grupo.
Llegaba la «Dinamita roja» casi eliminada, golpeada por la tragedia de perder a su estrella, Christian Eriksen, en un dramático partido contra Finlandia; y por caer en el segundo contra Bélgica, otro encuentro que mereció ganar.
Pero después de dos noches aciagas, por fin hubo alegría en el Parken. Y Dinamarca, en una segunda parte de locura, se comió a Rusia, recibió una ayuda belga y sacó billete para octavos.
No pintaba bien el partido para Dinamarca, nerviosa y sin muchas ideas. Hasta que Damsgaard, talento del Sampdoria que hace de Eriksen tras la dramática baja del ’10’, firmó un latigazo a una escuadra desde la frontal imparable para Safónov. A punto de cumplir 21 años, el goleador danés más joven en una Eurocopa.
Y el Parken se convirtió entonces en un carrusel de emociones. Locura con el gol de Lukaku a Finlandia, que clasificaba a Dinamarca. Decepción al ser anulado. Y furia cuando Sobolev se dejó caer al sentir un leve contacto dentro del área. Penalti a pesar de las protestas desatadas de los daneses. Dzyuba no perdonó.
El gol en propia puerta del portero finlandés Hradecky, que pasó hace años por la liga danesa, volvió a desatar la locura, coronada con dos goles en dos minutos de Christensen y Mæhle, que hicieron además un guiño al pasado.
Hace 36 años, otra noche de junio, el antiguo estadio nacional, Idrætsparken, sobre el que se erige el actual, acogió otro duelo inolvidable, un partido de clasificación al Mundial, considerado el mejor encuentro nunca jugado por Dinamarca en casa. El rival, la Unión Soviética, que entonces marcó un gol más que Rusia este lunes (4-2).