San Petersburgo.— Ser campeón del mundo es un éxito al alcance de pocos, pero conseguirlo como jugador y entrenador es un hito de máxima exclusividad. Tanto es así que, en la historia del futbol, sólo tres personas lo lograron: Mario Zagallo, Franz Beckenbauer y ahora Didier Deschamps.
El entrenador francés repitió el título que alzó como capitán del combinado galo en el Mundial de 1998. Y emuló así lo hecho por Zagallo, campeón como jugador con Brasil en 1958 y 1962, y como entrenador en 1970. El Káiser alzó el trofeo en 1974 y después fue el director técnico de la Alemania Federal campeona, en 1990.
El recuerdo del Mundial de 1998 se repite una y otra vez en las preguntas de los periodistas, pero el mariscal francés insiste en que cada historia es diferente.
“No se puede comparar. Estamos aquí para escribir una nueva página en la historia, una página bonita”, dijo. “Lo que hicimos hace 20 años quedará en la historia. Pero debemos vivir nuestro tiempo, no podemos estar mirando el espejo retrovisor”.
El entrenador recordó, además, que muchos de los jugadores de la actual generación no habían nacido cuando Francialogró su primer título mundial, en 1998: “Es algo que pertenece a muchos franceses que lo vivieron, pero no a la generación más joven”.
Deschamps vuelve a sentir la gloria, un título que podría colocar su nombre aún más alto en la historia del futbol internacional.