Fue un 2017 de contrastes para la Selección Nacional Mexicana. Hubo momentos para todo: para gozar con la clasificación al Mundial, lograda casi de forma invicta. Para llorar por la goleada recibida de Alemania en la Copa Confederaciones. Para preocuparse por la eliminación ante Jamaica en las semifinales en la Copa Oro. Y para ilusionarse, por el resultado obtenido ante Bélgica en juego amistoso celebrado en la mismísima casa de los Diablos Rojos.
Hubo de todo un poco, aunque al final el entorno no es del todo claro de cara a la Copa del Mundo de Rusia del próximo año, y en la cual el Tricolor se enfrentará contra los teutones de nueva cuenta, Suecia y la República de Corea en la fase de grupos.
Juan Carlos Osorio, técnico nacional mexicano vivió un año en la misma tesitura. Cuestionado por las formas, y poco analizado en el fondo.
El colombiano cumplió con el objetivo que se le planteó cuando fue contratado: Clasificar al Mundial, y lo hizo de una manera práctica, no siendo espectacular pero sí muy efectivo.
Al final se le fue el romper la marca de puntos y conservar el invicto con aquella derrota en San Pedro Sula, Honduras. Pero clasificó.
En la Copa Confederaciones su desempeño fue mediano. Hizo lo que todos querían, entrar a semifinales, aunque el equipo nunca gustó en la forma de actuar. Ser goleado por Alemania puso nervioso al técnico que explotó en la derrota en el juego por el tercer lugar ante Portugal. Fue expulsado y se pasó toda la Copa de Oro suspendido. Mal augurio.
Y donde de plano fracasó fue en el torneo de naciones de la Concacaf al cual sólo pudo llevar a jugadores de la Liga MX.
Se cayó en semifinales ante Jamaica, derrota que caló hondo, pero que no puso su puesto en riesgo, ya que la Federación Mexicana de Futbol lo ha aguantado porque cree en su proyecto. Más allá de la forma, a pesar de las críticas, está el fondo.
Al final, Osorio puede estar tranquilo, la principal misión está hecha: “Lo más importante es que cumplimos un objetivo que era darle a México como país, una clasificación anticipada, saludable y mostrar que la Selección es competitiva jugando tanto de visitante como de local, y eso es más importante que cualquier estadística; creo que le estamos cumpliendo a México y eso es más importante”, dijo.
El colombiano no cambiará, seguirá con las rotaciones; con sus declaraciones rebuscadas que pocos entienden, pero al final, en el fondo cumple, aunque en el 2018, viene la prueba final, el hacer historia en la tan esperada Copa del Mundo.