Los jugadores alemanes se llevaron la mano ostensiblemente a la boca, simulando un gesto de mordaza, en la foto oficial previa al inicio de su partido ante Japón, este miércoles, respondiendo así a las amenazas de sanciones de la FIFA para impedir lucir el brazalete inclusivo durante el torneo. «Los derechos humanos no son negociables», escribió en Twitter a la vez la Federación Alemana de Fútbol (DFB).
Al partido ante Japón en el estadio Khalifa de Doha asistía el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Frente a él y al resto de asistentes, los jugadores alemanes hicieron ese gesto tapándose la boca como forma de denunciar lo ocurrido.
Siete federaciones europeas de fútbol, entre ellas la alemana, habían previsto que sus capitanes llevaran un brazalete con la mención «One Love» contra las discriminaciones, pero renunciaron el lunes ante la amenaza de «sanciones deportivas» por parte de la FIFA, que no las precisó. Esta amenaza fue muy criticada en Alemania, donde numerosas voces pidieron a los jugadores de su país que se rebelaran.
Los alemanes prepararon bien un gesto simbólico coordinado. En la tribuna, la ministra del Interior encargada de Deportes, Nancy Faeser, lució el famoso brazalete inclusivo «One Love» que no querían los organizadores.Compartió la foto en Twitter y luego se puso una prenda de abrigo.
Casi al mismo tiempo, la Federación Alemana enviaba un comunicado, compartido en las redes sociales: «Con nuestro brazalete de capitana, queríamos mostrar los valores en los que vivimos en el seno del equipo nacional: diversidad y respeto mutuo».
«No se trata de un mensaje político: los derechos humanos no son negociables. Eso debería ser una evidencia. Desgraciadamente no siempre es así. Es por eso que este mensaje es tan importante para nosotros. Prohibirnos llevar el brazalete es impedirnos hablar. Nuestra posición está clara», según el texto.
Desde que obtuvo en 2010 la organización del torneo, Qatar ha tenido que enfrentarse a numerosas críticas y acusaciones referentes a los derechos humanos, especialmente los de las personas LGBTQ+.
En este pequeño país conservador musulmán, las relaciones sexuales fuera del matrimonio y la homosexualidad son delitos. Las autoridades cataríes insisten en que «todo el mundo es bienvenido» al torneo.
Gianni Infantino intentó defender a Qatar en una conferencia de prensa el sábado, en la víspera del inicio de la competición. «Hoy me siento gay», llegó a decir durante su intervención.
Pero la instancia que dirige el fútbol mundial se negó a que los siete capitanes que habían previsto llevar los brazaletes «One Love» pudieron hacerlo, proponiendo en su lugar una serie de mensajes alternativos como «Salvad el planeta», «Educación para todos» o «No a las discriminaciones».
«La FIFA es una organización universal. Debemos encontrar temas a los que todo el mundo se adhiera», argumentó el sábado Infantino, estimando que «la provocación no es el camino adecuado» y que los derechos de los homosexuales son «un proceso» que cada país sigue a su ritmo.