CIUDAD DE MÉXICO, mayo 31 (EL UNIVERSAL).- Santiago Baños será el encargado de «controlar» a Miguel Herrera, misión que antes era de Ricardo Peláez.
«Jefecito, jefecito», bromea al «Piojo» sentado al lado de Baños, un Baños que fue dirigido como jugador por Herrera y que fue asistente de Miguel en diferentes clubes y en la Selección.
La vida da vueltas.
Antes de que Santiago conteste, Herrera toma el micrófono. «¿Controlarme? por favor. La química con Ricardo era muy buena, como seguramente lo será con la actual directiva. Mi compromiso es estar en la banca, con mi equipo, mi pasión no va cambiar, es mi esencia».
Y sobre la relación con su nuevo «jefe», aclaró que la amistad ha sido el vínculo que ha fortalecido esta relación.
«Será un gran apoyo, como siempre lo ha sido. Fue mi jugador, después fue parte muy importante de lo que hicimos [con clubes y la Selección Nacional], más que una relación laboral es de amistad, nos podemos decir de frente lo que sea del equipo. Tenemos esa apertura enorme, y eso da un plus a esta relación. Sabremos exigirnos como siempre lo hemos hechos desde ya bastante tiempo».
Pocas palabras dejó Herrera a su «jefe»: «No podía dejar pasar esta oportunidad».