En medio de una temporada irregular, Cruz Azul encontró estabilidad con Ricardo Ferretti, y lo confirmaron con el triunfo sobre Atlético de San Luis, el segundo consecutivo y el tercero en la era del Tuca.
Ya son cuatro partidos sin derrota para la Máquina en el Estadio Azteca, producto de tres triunfos y un empate. Además, con el sello característico del estilo del Tuca, este fue el tercer partido consecutivo sin recibir gol en casa.
Durante la primera mitad, el equipo local se mostró superior en todos los aspectos del partido y tuvo la iniciativa para crear situaciones de peligro, siendo un poste de Ramiro Carrera la jugada más destacada de los primeros 45 minutos. Tuvo mayor posesión del balón, más disparos a portería —San Luis no tuvo tiros a puerta— pero el cerrojo del gol no se abrió.
El equipo dirigido por André Jardine logro bloquear el ataque de Cruz Azul por las bandas, una de las herramientas más efectivas del conjunto cementero, y cuando se vio amenazado, el experimentado portero argentino Marcelo Barovero respondió con creces. Con nula presencia en el área rival, el joven Mateo Klimowicz y Jhon Murillo fueron los únicos que intentaron desequilibrar al férreo esquema defensivo celeste.
Para la segunda parte, los dos directores técnicos brasileños decidieron mover las fichas en sus equipos con cambios ofensivos. Mientras el ‘Tuca’ modificó hombre por hombre en sus dos delanteros para darle lugar a Michael Estrada e Iván Morales, Jardine buscó más profundidad con la entrada de Vitinha y Ángel Zaldivar.
Sobre el final del partido, ‘Trapito’ Barovero derribó a Michael Estrada dentro del área y el árbitro central marcó el penalti que el chileno Iván Morales (82’), que anotó su segundo tanto en un año con la camiseta celeste, intercambió por gol para poner el 1-0 definitivo y entregarle el triunfo al Cruz Azul