Monterrey.– El Cruz Azul consiguió su primer triunfo del año, sumó tres puntos, se quitó la mala racha de una década sin ganar en el estadio Universitario y, lo más importante, recuperó algo de confianza.
Un gol, desde el manchón de penalti, cortesía de Elías Hernández fue suficiente para que La Máquinasaliera con la victoria sobre los Tigres (1-0).
Pasaron 3 mil 727 días para que los cementeros lograran vencer a los felinos en Monterrey, mientras que Pedro Caixinha sigue invicto frente a Ricardo Ferretti.
Los celestes no tuvieron la posesión del balón, como había presumido su entrenador en los últimos partidos. Al contrario, esperaron al cuadro regiomontano y los cazaron en el momento indicado.
El silbante Fernando Guerrero, sin la necesidad de la tecnología, señaló un penalti a favor de La Máquina: un empujón de Guido Pizarro sobre Julio César Domínguez, bien marcado.
Era justo lo que necesitaban los cementeros, después de los embates felinos en el arranque del duelo.
Hernández, al minuto 32, apagó los abucheos por parte de la afición local, que todavía arremete contra el volante, como si éste portara el uniforme de Rayados. En su paso con los Tigres, Elías no encajó y prefirió buscar algo mejor en León. Nada más.
Para la segunda mitad, el encuentro se emparejó, con llegadas de los dos lados. Martín Cauteruccio, quien alargó su sequía goleadora a 513 minutos, estrelló un disparo en el travesaño de Nahuel Guzmán. Apenas un par de minutos después, Luis Rodríguez mandó el balón a las redes externas de la portería de Corona.
La ida y vuelta fue el espectáculo esperado por los aficionados en el Volcán.
Aunque el Cruz Azul carezca de victorias en el 2019, el orden defensivo se ha mantenido como la base en el esquema de Caixinha. Domínguezarrancó como lateral izquierdo e Igor Lichnovsky como central, junto a Pablo Aguilar.
Ninguno permitió que André-Pierre Gignac o Enner Valencia se sintieran cómodos en su propia casa. Además de que el portero cementero detuvo los remates dirigidos a su meta.
En los últimos 15 minutos, el lusitano prefirió guardar el resultado; terminó el cotejo con cinco defensas y cuatro mediocampistas.
Primera victoria del año para el Cruz Azul. Tardó en conseguirla, pero no había un mejor lugar posible para hacerlo.