Se ha especulado mucho acerca del gasto que hizo Cruz Azul para este torneo, que debe de ser el de la redención.
El presidente del equipo cementero, Víctor Velázquez, aceptó que el club propiedad de la cementera abrió la chequera, pero siempre pensando en invertir, y no en gastar.
Fuera de la polémica que se ha armado por el fichaje de Gabriel Toro Fernández, algunos hablando de que se pagó a Pumas de 9 a 11 millones de dólares, se puede dilucidar que los cementeros desembolsaron cerca de 20 millones de dólares por volver a la grandeza. En su informe sobre el cambio de rumbo para el Cruz Azul, Iván Alonso, director deportivo del equipo, indicó que hay un nuevo protocolo de contrataciones.
Y este se divide en tres partes.
El primer paso es analizar a mediados de torneo qué es lo que le hace falta al equipo, comenzar a trabajar y al final del mismo ya tener amarrado al jugador.
Segundo paso, inmediatamente al terminar el torneo, cerrar los faltantes del equipo.
Tercer paso, y al que se quiere evitar llegar, contratar cuando el campeonato esté a punto de comenzar, o ya iniciado.
Para este torneo, a falta de que se confirme la llegada de otro elemento nacional, llámese Alfonso González, de Monterrey; Sebastián Córdova, de Tigres, o en el remoto caso de Alexis Vega, los cementeros están casi listos, con las contrataciones del portero colombiano Kevin Mier, el defensa argentino Gonzalo Piovi y el uruguayo Camilo Cándido, el volante ecuatoriano-argentino Lorenzo Faravelli y el atacante uruguayo Gabriel Toro Fernández, sobre quien caerá mucha presión, por las especulaciones sobre su precio.