Cruz Azul viajó 3 mil 700 kilómetros para llegar a Ontario, Canadá, para jugar contra el Forge F.C. y así disputar el juego de ida por los Octavos de Final de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Viajó al frío, a una sensación térmica de menos 18 grados, y eso asustó al equipo cementero, que espera que las condiciones climatológicas no afecten a la hora del juego, ante un club que lleva casi tres meses sin encarar un juego oficial.
“Hay que jugar contra un equipo que no lo hace mal, que se hacen fuertes de local, con la coyuntura del frío, algo increíble, menos 18 grados, y salimos con susto, pero cuando pisamos la cancha (sintética), vimos que las condiciones pueden mejorar… Ojalá todo mejore, la proyección del clima dice que mañana quizá llueva, pero a todo eso hay que enfrentarse”, dijo Juan Reynoso, técnico del cuadro de La Máquina.
Aclara el peruano, que Cruz Azul, este equipo de La Máquina, no viene por una revancha a este torneo, en su última participación quedó en semifinales, “vamos por una nueva oportunidad. La revancha ya no existe, esa fue la vuelta contra Monterrey y ellos ganaron bien, fueron campeones. Estamos con un plantel renovado, hay que empezar con buen pie, encauzar la eliminatoria y el jueves regresar para pensar en Toluca”.
El torneo mexicano recién comienza, y la Liga de Concacaf también, la preparación debe de ser sobre la marcha: “Con lo que nos toca vivir, tenemos que ser muy creativos, tener mucha comunicación con los muchachos y ver la carga física. Vamos a tener varios juegos en pocos días, pero por algo estamos en este club, vamos a mostrarnos, no hay tiempo para acoplarnos, muchos de los nuevos se van a entrenar jugando”.
Reynoso reconoce que hay presión, en Cruz Azul, “siempre hay presión. Cuando llegué en el 94, existió presión y hoy también, quizá no tanto en el tema mediático, porque no había redes, pero es lo mismo. Lleguen o no jugadores, el semestre pasado llegaron dos y la presión es la misma. Hoy llegan más y es lo mismo”.