El Universal
Javier Orozco estaba en Cancún, en pretemporada con Santos cuando le llegó el llamado de Miguel Herrera. “Tienes que venir a la Selección, para ganar la Copa de Oro”, le dijo el técnico nacional.
“Si”, respondió, y vio una nueva ocasión de borrar aquel 2013, año en el que con José Manuel de la Torre al mando, el Tri cayó en un despeñadero.
El ‘Chuletita’ viene por la revancha. “Me ha tocado estar aquí antes y no me ha ido tan bien en Selección, pero vengo con mucha actitud, con ganas de trascender, por supuesto, y que eso que pasó hace dos años, quede atrás”.
Hace dos años, el ‘Chepo’ menospreció el torneo, y el equipo sólo alcanzó a llegar semifinales en Concacaf, pero “por algo pasan las cosas –menciona Orozco, de 27 años—. Quién se iba a imaginar lo que iba a pasar con Santos, que entramos en octavo [a la Liguilla] y quedamos campeones, nadie pensaba que eso iba a suceder, que en el juego de ida de la final [contra Querétaro] iba a meter esos goles [cuatro] y que eso me trajera aquí”.
Los goles hicieron que Herrera volteara a verlo, pero la instancia final fue la fractura de clavícula de Javier Hernández. “Es una lástima lo que le pasó al ‘Chícharo’, es un hombre indispensable en la Selección, pero ya estoy aquí, contento porque me tomaron en cuenta y vengo a ayudar”.
El nacido en Los Mochis, Sinaloa, amante también del beisbol, apenas ha jugado cinco partidos con la Selección, “a veces en la vida se te presentan pocas oportunidades, pero cuando te llegan hay que aprovecharlas”.
Curiosamente, Orozco no ha marcado con el Tri. “Es verdad y sería bueno ya quitarme de encima esa presión, pero si no llega [el gol], no importa, si el equipo gana, quien anote es lo de menos”. Para jugar, Javier deberá pasar encima de Carlos Vela, Giovani Dos Santos y Oribe Peralta. “Son grandes delanteros, y al que le toque jugar deberá hacerlo muy bien, porque todos queremos minutos. Vela es un gran delantero, que hace las cosas demasiado bien y con Oribe me llevo muy bien, pero vengo a jugar y competir”.
Mas para eso hay que estar a punto físicamente. “Me siento así”. asegura. “Con Pedro Caixinha [técnico de Santos] no se acostumbra hacer playa ni correr en campo de golf, así que no estoy tan duro. Vengo de entrenar tres veces al día, pero si hay que hacer un trabajo extra, no hay problema”.
Como anécdota queda el haberse quedado 12 horas parado en el aeropuerto de la Ciudad de México, “porque la mensajería perdió mi pasaporte y mi visa”, mas ya se arregló.
Hoy se siente preparado para cualquier contingencia. “Patadas, malos arbitrajes… Así se juega la Copa de Oro, para lo que venga estoy listo”, remata, decidido a aceptar críticas y ponerle buena cara a todo. “Lo importante es llevarnos la Copa”, y así cobrar revancha del maldito 2013, ese año al que pocos les gusta recordar.