CIUDAD DE MÉXICO, agosto 15 (EL UNIVERSAL).- Las Chivas han sido un mendigo que arrastra la corona, como nunca antes desde que consigue el título en el formato de Liguillas. Tres empates y una derrota le confinan al lugar 16 de la tabla de posiciones. Una cosecha paupérrima para una escuadra que apenas en mayo se jactaba de ser el campeón de Liga y Copa. En sus anteriores tres estrellas conseguidas (1986-87, Verano 97 y Apertura 2006), la defensa del trono no le había sido tan gris como ahora.
En la campaña 1987-88 obtuvo dos triunfos y dos empates en las primeras cuatro jornadas. Para el Invierno 97 comenzó con tres triunfos y un descalabro; mientras que en el Clausura 2007 registró un inicio de dos triunfos, un empate y una caída.
Los números que tiene el Rebaño Sagrado en el actual Apertura 2017 le han alcanzado para sumar una cuarta parte de los puntos disputados. Suele dominar los partidos con 65% de posesión y 72.2% de pases acertados, pero carece de pegada.
La lesión de Alan Pulido le ha condenado a sólo marcar cuatro tantos; su defensa ha hecho agua con siete goles admitidos. El desequilibrio entre las líneas rojiblancas ha dado los síntomas inequívocos de campeonitis.
Otro motivo por el que ha avergonzado a sus seguidores en el amanecer del certamen es la ausencia de pretemporada. Juan Carlos Osorio convocó para la pasada Copa Oro a los rojiblancos Jair Pereira, Alejandro Mayorga, Hedgardo Marín, Rodolfo Pizarro y Orbelín Pineda. Base del equipo que no tuvo preparación física, ni de conjunto. Tampoco descanso físico, ni mental.
El sábado ante Monterrey, uno de los pesos pesados del campeonato, las Chivas quedaron desnudas frente ante el poderío ofensivo de Rayados. Lo que se esperaba como un partido reñido, se transformó en una humillación, una caída de 4-1 para el vigente monarca.
«No me gustó la actuación del equipo, no fue lo que planificamos, pero nos enfrentamos a un rival de jerarquía, sabíamos que si les dábamos un metro a sus delanteros nos podían hacer daño», asumió Almeyda, tras la debacle.
El argentino trata de no dramatizar con los primeros cuatro resultados: «Ahora no estamos en el piso, tenemos que encontrar un equilibrio, corregir errores, nos vamos a levantar, ya lo hemos hecho antes, tengo fe en salir adelante».
Para la próxima jornada reciben al Puebla. Victoria obligada, pues La Franja sólo tiene derrotas como visitante este torneo. De lo contrario, los focos rojos se prenderán en la sala del monarca del futbol mexicano para anunciar su una crisis.