Guadalajara.— José Saturnino Cardozo ha llegado al momento en el que, con hechos, tiene que hacer que las declaraciones del vicepresidente de Chivas, Amaury Vergara, surtan efecto y sorprendan a quienes no creen en el proyecto. Deberá vencer a un equipo que, por historia, siempre le pinta la cara a los tapatíos: Xolos.
Para olvidar a Matías Almeyda, Cardozo y sus Chivas están obligados a mostrar esta noche buen futbol, alegre, sólido defensivamente y regresar con los tres puntos, porque una derrota, teniendo mal funcionamiento, activará a los detractores que aún lloran la salida de quien les dio cinco títulos.
Chivas siempre sufre en Tijuana. Para muestra: de los últimos cinco partidos que ha visitado la frontera norte, no ha podido ganar alguno, y el único resultado favorable se dio en el Clausura 2015, cuando lograron empatar 1-1.
La necesidad que tiene Chivas de comenzar con triunfo es grande, ya que en los últimos dos torneos no ha logrado meterse a la Liguilla y eso tiene a la afición intranquila en todos los aspectos, hasta preparando un boicot contra los productos de la marca rojiblanca.
El campeonato pasado, Tijuana se metió a la Liguilla por el título, tras terminar el torneo regular con 25 puntos, que lo colocó en la sexta posición de la tabla.