Todavía ni enfrentan a los Pumas y el Guadalajara ya volvió a decepcionar a su afición.
Hay fastidio y temor de la directiva rojiblanca por los constantes reclamos y abucheos del respetable, al grado de tomar decisiones de último momento para esconderse.
El Rebaño tenía previsto llegar mañana por la tarde a la Ciudad de México. Los grupos de animación de las Chivas, que radican en la capital, ya tenían lista la convocatoria para el tradicional recibimiento en el aeropuerto y así contagiar a los jugadores con el ánimo necesario para plantarse contra los Pumas, el domingo en el Olímpico Universitario.
Sin embargo, por la crisis de resultados en el banquillo que dirige José Cardozo, el equipo dio un brusco giro en el timón y cambió su logística de arribo a la capital.
Con total discreción, el Guadalajara se adelantó y llegó esta mañana a la Ciudad de México, en un vuelo directo hacia Toluca, Estado de México, donde se transportaron en su autobús a un hotel de Santa Fe, al poniente de la CDMX, zona de complicado acceso; el recinto de concentración originalmente estaba planeado al sur.
Las versiones, según plantean dentro del club, serían que desean que el equipo aproveche los dos días en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana, para entrenar adaptarse a la altitud y así no sucumbir ante el infernal calor que suele azotar Ciudad Universitaria, al mediodía.
Sin embargo, los líderes de los grupos de animación chilangos y aficionados en las redes sociales lo tomaron con enfado y como un acto de cobardía por parte de José Luis Higuera y Amaury Vergara.