HOLLYWOOD, EU., junio 9 (EL UNIVERSAL).- Lleva siete horas afuera del hotel de concentración de la Selección Mexicana de Futbol. Porta una pintura en la que Javier Hernández es protagonista. El “Chicharito” es pintado como mesías en una religión en donde él es Dios y diferentes santos a la vez.
“Es mi ídolo, mi modelo a seguir, como él me he levantado varias veces cuando nadie creyó en mí, cuando nadie te da oportunidad”, dice Jiovanny López, ferviente admirador del ariete.
Jiovanny tiene gratos recuerdos de 2010, cuando Hernández rompía las redes mexicanas, cuando se proyectó para irse a Europa, “lo seguía a todos lados, en la escuela de arte hacía muchas pinturas de él, me emocionaba cuando anotaba goles”, comenta.
Entonces sucedió, una tarde de agosto en alguna colonia de la Ciudad de México, Jiovanny sufrió una catástrofe que marcó su vida, “sufrí un intento de secuestro… no quiero hablar más sobre eso, sólo te puedo decir que todo cambió, me tuve que venir para acá”.
La vida lo llevó a Los Ángeles a empezar de cero, a levantarse de ese cambio tan brusco.
Dice ser fanático de las Chivas, “desde chiquito, desde que estaba así de pequeñito”, también del Manchester United, del Real Madrid, y ya no tanto del “[Bayer] Leverkusen, pero en donde esté, es el equipo por el que hincharé”.
Lleva siete horas y unos cuantos minutos en la calle, “y espero verlo para presentarle mi arte, para platicarle mi historia, decirle que lo admiro, que quiero que algún día ser como él, y conquistar donde me pare”, comenta emocionado. Por entusiasmo no queda, más por el momento no ha habido suerte, “ayer [martes] salió un rato, sólo se asomó y la gente se le fue encima. Fue muy amable, firmó algunos autógrafos, pero era mucha gente y se tuvo que ir; estaba muy atrás, no lo pude ver”.
En las calles de Hollywood nadie se aburre y puedes platicar con quien sea. El clima es benévolo. “Quién sabe, por ahí se asoma, me ve y observa mi arte”, dice, porque aunque las horas pasen, la esperanza no desaparece”.