El Universal
La secretaria de Justicia estadounidense Loretta Lynch pronosticó que más gente, y tal vez «entidades», será acusada en relación con una investigación de hechos de corrupción en la FIFA y un exasesor legal de organismo rector del futbol sostuvo que su propio presidente Joseph Blatter debería ser investigado por la venta de los derechos de transmisión de la Copa Mundial a Jack Warner a precios subvalorados.
«Anticipamos que habrá más acusaciones contra individuos y entidades», declaró Lynch en la sede de la FIFA. Agregó que se había reunido más evidencia desde el sorpresivo arresto de siete personas en un hotel de lujo de Zurich el 27 de mayo pasado.
Lynch no descartó que la CONCACAF y la CONMEBOL puedan ser acusadas formalmente.
«Si usaron el sistema financiero estadounidense» para actividades ilegales, «se las podría encausar», expresó.
En la misma conferencia participó el ministro de justicia suizo Michael Lauber, cuya dependencia lleva adelante una investigación paralela de los manejos del fútbol y de posible lavado de dinero. Lauber dijo que se habían incautado varias propiedades en los Alpes suizos y se había recabado más evidencia.
«Las inversiones en bienes raíces pueden ser usadas para lavar dinero», expresó Lauber, cuya investigación parece estar rebasando el marco de la selección de las sedes de las Copas Mundiales del 2018 y el 2022.
Los investigadores de Lauber han dicho que hay 121 cuantas bancarias sospechosas.
Lynch y Lauder ofrecieron una conferencia de prensa con motivo de su presencia en una reunión anual de ministros de justicia.
Dos días antes de las elecciones para presidente de la FIFA del 29 de mayo, el Departamento de Justicia estadounidense acusó formalmente a 14 dirigentes y ejecutivos del fútbol en relación con denuncias de sobornos y otras formas de corrupción por valor de 150 millones de dólares. También reveló que seis figuras se habían declarado culpables, incluido el exsecretario general de la CONCACAF y miembro del consejo ejecutivo de la FIFA Chuck Blazer, quien estaba cooperando con las autoridades.
Lynch no dijo si Blatter es uno de los blancos de las investigaciones o si podía ser extraditado en caso de viajar a algún país que tenga tratado de extradición con Estados Unidos.
Pero da la impresión de que las investigaciones ahora rebasan su marco original, que fue comprobar si había habido irregularidades en la selección de las sedes de las copas mundiales Rusia 2018 y Catar 2022.
El mismo lunes, Mark Pieth, profesor suizo de derecho penal, afirmó que Blatter es probable blanco de una investigación relacionada con la venta de los derechos de transmisión de los mundiales del 2010 y el 2014 al trinitario Warner.
Warner, ex presidente de la CONCACAF, es uno de los 14 acusados por los estadounidenses y está tratando de evitar su extradición. Dos hijos suyos se han declarado culpables.
Pieth opinó que Blatter había participado en maniobras de «desfalco» .
La emisora suiza SRF publicó el viernes un contrato firmado por la FIFA en 2005 que vendió a la Unión Caribeña de Futbol, controlada por Warner, los derechos de televisación de las copas mundiales de 2010 y 2014 por un total de 600.000 dólares.
Warner, en ese entonces vicepresidente de la FIFA y aliado de Blatter, otorgó los derechos a una compañía controlada por su familia. Después fueron vendidos por una suma de unos 20 millones de dólares a una emisora con sede en Jamaica.
El documento del contrato parece confirmar la afirmación de Warner en 2011, después que dejó la FIFA por haber sido implicado en sobornos, de que la FIFA le permitía controlar derechos baratísimos de la transmisión de los mundiales a cambio de ayudar a Blatter a ganar elecciones presidenciales.
Warner fue acusado en mayo en una investigación estadounidense sobre corrupción en el futbol, aunque es el caso suizo el que podría amenazar a Blatter directamente.
«Tienen evidencias a primera vista. Eso significa que deben iniciar una investigación», afirmó Pieth, quien asiste a la conferencia de ministros de justicia.
La FIFA justificó este fin de semana el acuerdo caribeño aduciendo que cuando se otorgaron los derechos se requirió un reparto por mitades de las ganancias entre la confederación caribeña y la FIFA.
El acuerdo fue concluido en julio de 2011 y la FIFA reclamó los derechos de la Copa Mundial 2014. Warner renunció para evitar sanciones en un caso de sobornos para la elección de sede.
La FIFA afirmó que el organismo caribeño, durante mucho tiempo controlado por Warner, «incurrió en varias violaciones al contrato y no cumplió con sus obligaciones financieras».
Los investigadores estadounidenses afirman que Warner y Blazer participaron de un soborno de 10 millones de dólares vinculado con la selección de Sudáfrica como sede de la Copa Mundial del 2010 y la venta de los derechos de televisación del campeonato de la CONCACAF.
La FIFA no hizo comentarios por ahora en relación con las declaraciones de Lynch, a quien Blatter criticó por llevar a cabo las detenciones de mayo a solo dos días de las elecciones en la FIFA.
Blatter ganó esas elecciones, pero cuatro días después renunció. Sigue en el cargo a título interino, hasta que se lleven a cabo nuevas elecciones el 26 de febrero.