El cambio de los banquillos en el Estadio Azteca se realizó como una estrategia para que las gradas luzcan ocupadas en las transmisiones de televisión, ya que la panorámica del restaurante perdía visibilidad del público y empeoraba la imagen de asistencias.
Además de que, al retirar las bancas de la zona oeste, permite un mayor número de ventas en taquilla, porque ya no estorban para observar los partidos.
Sin embargo, varios aficionados ya habían comprado abonos para el certamen en esos lugares, porque apreciaban estar cerca de los jugadores y los entrenadores, pero nunca les notificaron que se haría el cambio.