Errático en ataque, con cinco ocasiones clarísimas desperdiciadas en la segunda parte, el París Saint-Germain desperdició los pocos chispazos de Mbappé y sucumbió ante el acierto del Borussia Dortmund, que ganó 1-0 con un tanto de Füllkrug con el que se adelantó en unas semifinales que se decidirán en el Parque de los Príncipes de París.
El PSG pagó cara su ineficacia ante la portería de Kobel y su salida timorata al terreno de juego. Empezó mal y reaccionó bien, pero no dio en la diana con dos lanzamientos al palo de Mbappé y de Achraf, con un cabezazo clarísimo de Fabián Ruiz y con un par de disparos de Dembélé que se fueron al limbo.
Ahora, el PSG, favorito a priori en la eliminatoria, tendrá que remontar la eliminatoria ante su público si no quiere tirar a la basura su enésimo intento de introducir en sus vitrinas su primera Liga de Campeones. El Dortmund, mientras, se frota las manos con la hazaña: nadie le esperaba en la final al inicio del torneo.
Y es que, la presión del ‘Muro Amarillo’ contagió a los hombres de Edin Terzic, que durante toda la competición ha contado con un jugador número doce impagable. Y, ante el París Saint-Germain, conscientes de que había una final en juego, se empleó a fondo para ser aún más fogoso de lo habitual. Con esa actitud, sus jugadores saltaron al césped del Signal Iduna Park prácticamente con un gol de ventaja.
Contagiados por la caldera en la que se convirtió su estadio, los mismos once hombres que acabaron con el Atlético de Madrid, iniciaron el choque con una presión asfixiante sobre el equipo de Luis Enrique, que también confió en la misma alineación que asaltó Montjuic para eliminar al Barcelona en los cuartos de final.
Ambos técnicos pensaron en aquello de «lo que funciona no se toca» y no dudaron en sacar a los mismos 22 nombres que dieron un salto de calidad hacia las semifinales. Pero, por lo menos en la primera parte, y salvo en un pequeño tramo de un cuarto de hora, los once del Dortmund fueron mucha más intensos, verticales e incisivos.
Al PSG no le funcionó casi nada. Tuvo que achicar aguas casi constantemente. Apenas Dembélé, con dos tímidos intentos desde fuera del área, apareció por las inmediaciones de la portería defendida por Kobel. Mbappé, con la lupa encima, estuvo totalmente desaparecido en combate. Y Vitinha, el metrónomo del cuadro parisino, sólo pudo dirigir el juego a su gusto durante quince minutos de liberación en los que el Dortmund no pudo seguir el ritmo.
El Dortmund, mientras, asustó con una clara de Sabitzer, que se encontró con una buena intervención de Donnarumma en un mano a mano al cuarto de hora. Después tendría otra clarísima, al filo del descanso con un lanzamiento a bocajarro desde el punto de penalti que salvó con una estirada espectacular el portero italiano.
En ese momento, el Dortmund ya ganaba 1-0 porque Füllkrug no falló en la oportunidad más clara del conjunto germano. La defensa, un quebradero de cabeza esta temporada para Luis Enrique, falló en un pase largo de Schlotterbeck, que tomó la espalda de Marquinhos y Lucas Hernández para dejar al delantero alemán solo ante Donnarumma. Un fuerte zurdazo solucionó el mano a mano y el Dortmund se llevó al descanso un premio merecido.
Luis Enrique tenía un cuarto de hora para cambiar el partido. Sus jugadores necesitaban cambiar urgentemente. La eliminatoria corría peligro y había que dar un giro de 180 grados que llegó en la reanudación. El PSG cambió su actitud y saltó al terreno de juego enfadado con los arrestos necesarios que no puso al inicio.
Como resultado, llegaron los mejores momentos del PSG. Por fin apareció Mbappé, que apenas dejó un par de fogonazos que pudieron ser suficientes para igualar el marcador. Uno de ellos, marca de la casa, acabó estrellándose contra el palo de la portería defendida por Kobel. El rechace lo recogió Achraf Hakimi y de nuevo la madera repelió el empate.
Después, fue Fabián Ruiz quien no aprovechó un gran pase de Marquinhos. El central brasileño dejó un balón perfecto al medio español, que no supo rematar la jugada con un cabezazo defectuoso cuando tenía todo para marcar.
Con esa ocasión se acabó la reacción del PSG. El Dortmund retomó el mando del partido con media hora para el final del partido. Las figuras de Sancho y de Ayedemi se engrandecieron hacia delante y hacia atrás. El sacrificio de ambos fue inmenso y consiguieron hacer dos cosas muy interesantes: equilibrar y desequilibrar.
Y fruto de la insistencia de ambos llegaron dos opciones claras que pudieron dar la puntilla al PSG. Primero, Sancho llegó como un obús hasta la línea de fondo, dio un pase de la muerte a media altura y Füllkrug mandó la pelota por encima del larguero. Después, un centro de Ayedemi desde la izquierda acabó en la cabeza de Füllkrug, que perdió el equilibrio con un empujón de Nuno Mendes que ni pitó el árbitro ni revisó el VAR.
Pero al PSG aún le quedaba una última bala. La cargó Mbappé, con un pase sutil dentro del área que filtró a Dembélé, que se encontró con una mano salvadora de Kobe. Luis Enrique, desesperado en la banda, no se podía creer que ninguna de sus ocasiones besará la red de la portería del Dortmund.
Al final, ese fue el pecado del PSG, la falta de acierto en el trámite más importante del fútbol: el gol. Pero a Mbappé, el hombre con más galones de las dos plantillas, aún le quedará una oportunidad de irse de París con la ‘Champions’ bajo el brazo. Deberá derribar a un equipo que se aprovechó de la mala primera parte de su rival, de su acierto ante la portería de Donnarumma y de un remate de Füllkrug que resolvió un partido que permite al Dortmund soñar con la tercera final de su historia.