Su casi siempre alegre voz se entrecorta cuando tiene que referirse al amigo que se acaba de ir. Bora Milutinovic, entrenador de la Selección Nacional en el Mundial México 1986, recuerda a Pablo Larios, portero titular del Tricolor en esa competencia, como un futbolista siempre humilde.
«Estoy triste, pero ya descansa en paz, porque fue una gran persona», atina a decir el serbio, entrevistado vía telefónica desde Qatar.
«Es difícil hablar en estos momentos, pero era generoso, humilde, un compañero extraordinario. Como director técnico de la Selección Nacional, tuve suerte de contar con un jugador como él».
Bora recuerda que Miguel Marín fue quien le recomendó convocar a Larios para el Tricolor.
«Miguel Marín trabajaba con nosotros y me hablaba maravillas de él. Lo vi en Zacatepec y Cruz Azul, y sí lo era, muy bueno», comparte el serbio. «Él tenía talento, muchas cualidades. Era diferente a otros porteros. Para un equipo es importante tener esas cualidades, pero sobre todo con esa humildad. Fue uno de los grandes de la Selección Mexicana«.