La imagen de Renato Ibarra con las manos en el rostro, después de fallar el penalti que significó la eliminación copera del América frente al FC Juárez, resultó mucho más que una muestra de frustración. Fue la enésima prueba de que las Águilas han dejado de ser ese club que era certero en sus fichajes. Ahora, su escritorio está lleno de innumerables carpetas marcadas por la infamia y la poca producción dentro del campo.
El Apertura 2012 fue el último certamen en el que Yon de Luisa, hoy presidente de la Federación Mexicana de Futbol, tuvo verdadera injerencia en las contrataciones azulcremas. Es cierto que, al dejar la presidencia operativa de la institución, se mantenía como el hombre que palomeaba las llegadas, pero ya no estaban completamente revisadas por él.
A partir del Clausura 2013, torneo en el que el América logró su undécimo título de Liga, sólo uno de cada tres refuerzos americanistas —en promedio— rinde o da ciertos resultados.
Desde ese campeonato, la directiva de las Águilas ha fichado a 49 futbolistas distintos, pero sólo 17 de éstos tienen algunos pasajes dignos de la envergadura de uno de los dos clubes más ganadores del balompié mexicano.
Más de la mitad de las contrataciones fue de elementos nacidos en otros países (28), de los cuales, menos de 50% funcionó (13). El meta argentino Agustín Marchesín es un ejemplo de constancia y buenos resultados desde que llegó a la institución (Clausura 2017), pero está consciente de que es momento de cumplir objetivos colectivos, como la Liga, cuya eterna relevancia se acentuó tras la inesperada eliminación en la Copa MX.
“La afición está enojada con nosotros y lo entendemos. Somos los primeros en aceptar que echamos todo a perder en la Copa”, afirma. “Ahora sólo pensamos en ser campeones de Liga”.
Lo que las Águilas no logran desde el Apertura 2014, bajo la dirección técnica de Antonio Mohamed. En aquella final contra los Tigres, el defensa central paraguayo Pablo César Aguilar marcó gol. El sudamericano, quien fue contratado previo al Clausura 2014, es otro de los foráneos que sí rindieron frutos.
Narciso Mina (Clausura 2013), Cristian Pellerano (Clausura 2015) y Jérémy Ménez (Clausura 2018), son algunos de los ejemplos más marcados de fichajes extranjeros que quedarán en el olvido.
El balance es aún más dramático en cuanto a mexicanos. De los 21 que han llegado en este tiempo, sólo cuatro se salvan. Ninguno como Oribe Peralta (Apertura 2014). En cuanto a los que no rindieron, Osmar Mares (Apertura 2014), Javier Güémez (Apertura 2015) y Pedro Arce (Apertura 2017) fueron severamente criticados.