En plena preparación para la Copa Libertadores, Boca Juniors confirmó el lunes la aparición de un brote de coronavirus en su plantel por lo que aisló a sus futbolistas y suspendió los entrenamientos.
El club argentino informó en un comunicado que el viernes pasado se detectaron síntomas compatibles con el COVID-19 en el plantel que está concentrado en un hotel en las afueras de Buenos Aires. Tras los hisopados, se confirmó “la aparición de un brote de contagio”.
Si bien Boca no identificó a los contagiados, el médico del plantel Rubén Argemi admitió que “estamos alrededor de los 19 contagiados», entre ellos los cuatro arqueros de la plantilla — Esteban Andrada, Javier García, Agustín Rossi y Manuel Roffo.
“Como hemos tenido falsos positivos, queremos chequear los nombres. Preferimos hoy no darlos, pero sí asumimos que hay muchos casos y hay un problema”, explicó el médico en diálogo con la cadena Fox Sports.
“El estado de salud es excelente en todos los casos, esperando los tiempos sanitarios y médicos para el pronto retorno a la actividad”, añadió el club. No obstante, el médico del equipo reconoció que uno de los jugadores había registrado fiebre de 38 grados.
Por precaución, Boca aisló a toda la delegación «en sus respectivas habitaciones” del hotel en la localidad de Ezeiza, al suroeste de la capital argentina, y “se suspenden los entrenamientos por 72 horas, tras lo cual se realizarán nuevos tests PCR”.
Los únicos que abandonaron la concentración fueron el técnico Miguel Ángel Russo, quien por edad y antecedentes médicos (sufrió cáncer de próstata) es considerado de riesgo, y una nutricionista también por edad.
“Miguel está en su casa en perfecto estado de salud”, confirmó el médico Argemi. Boca se encuentra de pretemporada para reanudar la Copa Libertadores el jueves 17 de septiembre ante Libertad de Paraguay en Asunción por la fase de grupos.