La Real Sociedad volvió a provocar el tropiezo del Barcelona que se dejó dos puntos en San Sebastián, aunque salvó un punto que deja en el aire el liderato de LaLiga Santander y a expensas del Real Madrid que el domingo visita al Valencia, antes del clásico del miércoles.
El Barcelona cedió terreno y dejó a la Real margen de maniobra, consciente de que el encuentro iba a ser muy largo y estuvo a punto de costarle caro en los primeros minutos porque Oyarzábal estuvo muy activo y cerca de batir la portería de Ter Stegen en un par de ocasiones.
El equipo culé, con un ojo en el Clásico, era consciente de que llegar vivo a ese partido dependía de ganar en un estadio que ha sido un calvario para sus intereses durante toda esta década hasta que hace dos temporadas encontró el antídoto a los blanquiazules de la mano de Ernesto Valverde.
La Real, sin embargo, este año llama a la puerta de los grandes y tenía una gran convicción en sus fuerzas para plantar cara al líder, un sentimiento que se acrecentó cuando pasados diez minutos Alberola Rojas sancionó como penalti un agarrón de Busquets a Diego Llorente dentro del área. Oyarzábal se hizo cargo del lanzamiento y engañó a Ter Stegen en el lance.
Los donostiarras tenían el partido ahí donde querían y al Barcelona le tocaba remar contracorriente una temporada más ante un equipo local desatado en ataque y descuidado en defensa, lo que permitió la gran ocasión visitante en un disparo de Luis Suárez detenido por Remiro.
El equipo catalán siguió escaso de ideas durante el primer tiempo, a merced de los donostiarras que una y otra vez, bien con Martin Odegaard o con Mikel Oyarzábal, plantaban el peligro en el área de Ter Stegen, aunque sin apuntar a los tres palos.
El único yerro de los locales les saldría muy caro; un balón descontrolado en el medio campo que le llegó a Luis Suárez, quien colocó el esférico al desmarque de Griezmann que, ante la salida de Remiro, elevó el balón para evitar al navarro y lograr el empate.
El Barcelona mejoró su versión en el segundo tiempo, en el que se puso por delante en su primer acercamiento, con un balón a Leo Messi que el argentino conectó con Luis Suárez, desmarcado, para que el uruguayo batiera a placer la portería local.
La Real, desnortada, quedó a merced de los azulgranas durante muchos minutos, período en el que el líder pudo ampliar la ventaja en una contra dirigida por Griezmann que estrelló su remate contra un Remiro bien colocado y en un saque de esquina, rematado por Piqué, que la defensa blanquiazul extrajo de la misma línea de gol.
Movió el banquillo la Real y a las primeras de cambio encontró su recompensa en una jugada iniciada por Oyarzábal y secundada por Monreal que fue el que disparó a puerta. Ter Stegen no atrapó y el sueco Isak aprovechó su posición en el área para empatar el partido.
El Barcelona pareció conformarse con este resultado, los donostiarras no encontraban fruto a sus proyecciones ofensivas y el 2-2 quedó inamovible, un mal marcador para un equipo catalán que este domingo puede perder su condición de líder de LaLiga.