El Universal
El Barcelona empató hoy 2-2 en su visita al campo del Villarreal, donde pagó caro su exceso de confianza después de llegar al descanso con una clara renta de dos goles.
El encuentro, correspondiente a la trigésima jornada de la Liga española de fútbol, vino a castigar cierta apatía del líder del torneo en la segunda parte, algo que de todas formas se puede permitir por su cómoda ventaja que ya es de nueve puntos sobre el Atlético de Madrid, su perseguidor en la distancia.
El Barcelona sólo necesitó media ocasión y un penal muy polémico para irse al descanso con el partido muy a su favor. En cambio, el
Villarreal desperdició tres ocasiones y acabó la primera parte descompuesto por la labor arbitral.
El conjunto local apenas tardó un minuto para generar su primera oportunidad con un remate de Manu Trigueros que acabó en el palo. Y a los seis minutos, Claudio Bravo sacó un remate de Bakambu tras una excelente jugada personal.
Sin embargo, el Barcelona se adelantó a los 20 minutos en una jugada aparentemente intrascendente. Hubo una falta, luego un rechace
y finalmente Ivan Rakitic marcó entre los lamentos de la defensa del Villarreal.
Luego llegó la polémica, con el árbitro como protagonista. Sánchez Martínez expulsó a los 24 minutos al técnico del Villarreal, Marcelino García Toral, y a los 41 minutos, con la grada muy encendida, señaló un penal para los azulgranas.
En la discutida jugada, Neymar cayó por un presunto derribo del arquero del Villarreal, Sergio Asenjo, quien se quedó afónico protestando. Marcó el propio futbolista brasileño entre la indignación local en lo que fue la cuarta jornada consecutiva con un
penal a favor del Barcelona. Con mucho ruido y enredos llegó el descanso.
El conjunto azulgrana vio el partido decidido, a juzgar por la relajación con la que empezó el segundo tiempo. También contribuyó a
ello su técnico, Luis Enrique, al quitar del campo a Gerard Piqué y poner a Jeremy Mathieu. También quitó a Arda Turan y puso a Dani
Alves. Estaba pensando antes de tiempo en el partido de la próxima jornada ante el Real Madrid.
El Villarreal mostró orgullo y no dio por hecha la derrota. Así, acortó distancias a los 57 minutos con un gol de Bakambu tras una parada de Bravo. Y a los 63 minutos igualó en un saque de esquina que contó con el remate involuntario de un relajado Mathieu en su propia
portería.
El Barcelona intentó reaccionar, pero se encontró con grandes intervenciones de Asenjo. Mientras, en defensa se agarró a Javier Mascherano, el más consistente del conjunto azulgrana en la zaga.
Finalmente ambos equipos acabaron aceptando el empate, quizá lo más justo a juzgar por lo presenciado. El Barcelona se confió con su
ventaja y acabó cediendo un empate que sin embargo no le inquieta. Además, lleva 39 partidos invicto, por más que el empate de
Villarreal no pueda dejarlo satisfecho por cómo se produjo.