Sin Jesús Corona, los jugadores del Cruz Azul salieron a saludar a los aficionados que se presentaron en el hotel de concentración, en la víspera de la vuelta ante el Toluca.
La fanaticada celeste —con varios integrantes de la Sangre Azul— llevó serenata al plantel cementero, que mañana está obligado a vencer a los Diablos Rojos o quedará fuera del Guardianes 2021.
Por más de 60 minutos, los seguidores cantaron y dedicaron porras a La Máquina, a la espera de ser bienvenidos por parte de los jugadores. A las 21:00 horas, antes de juntarse para la cena, el plantel —a excepción de su capitán— se colocó en la entrada principal del hotel y saludó a los presentes.
La mayoría de los futbolistas portaron protector facial durante los cuatro minutos que estuvieron pegados a la puerta electrónica del edificio. A Luis Romo le pasaron una bandera con el escudo del equipo y la ondeó, como nuevo ídolo celeste ante la mirada de la afición.
A pesar de que el líder de la Sangre Azul, el apodado “Pulga”, y la seguridad del hotel intentó separar lo más posible a los fanáticos de los jugadores, algunos listos lograron esquivar los filtros y se acercaron lo más que pudieron a los celestes. Incluso, Julio César Domínguez cargó a una bebé y después se tomó una fotografía con un aficionado que no portaba cubrebocas.
El protocolo sanitario de la Liga MX detalla que los futbolistas no pueden aceptar fotos o firmar autógrafos por parte de sus aficionados, aunque no prohíbe las reuniones de los mismos en las inmediaciones de los hoteles o estadios.
El Cruz Azul enfrenta mañana al Toluca, en la vuelta de los cuartos de final de la Liga MX, con desventaja de 2-1 en el marcador global. Los seguidores cementeros no quieren otro fracaso.