De los tres estadios que la Federación Mexicana de Futbol presentó como opciones a la FIFA para alojar los partidos de la Copa del Mundo en 2026, el Azteca es el más veterano, el que necesita más adecuaciones para cumplir los requisitos que se solicitan.
El inmueble recientemente cumplió 58 años de existencia, frente a los 14 del Akron en Guadalajara y nueve del BBVA de Monterrey.
Sin embargo, el Coloso de Santa Úrsula es un “estadio digno” para albergar su tercera inauguración de Copa del Mundo y los otros cinco partidos que tiene asignados, menciona el arquitecto Javier Ramírez Campuzano, hijo de Pedro Ramírez Vázquez, uno de los grandes arquitectos del Siglo XX y uno de los cerebros que diseñó el recinto.
“El Azteca es un estadio digno, es una catedral. Lo ha dicho el mismo presidente de la FIFA [Gianni Infantino], es un estadio que intimida”, menciona el arquitecto.
Mas el paso del tiempo cobra facturas en la construcción y también en la funcionalidad de un inmueble tan icónico. “Sin duda, hay que actualizarlo. En los estadios, antes se buscaba la capacidad; hoy, es la comodidad, así es en todo el mundo. Hay que actualizarlo y también los servicios. En otras partes del mundo hay hoteles, centros comerciales… Hay que modernizarlo”, dijo.
Esta remodelación ya anunciada y comenzada, no es la primera que se hace en el Azteca, pero las anteriores han dejado mucho qué desear: “Palcos techados, parches. Se le quitó el carácter de estadio. Espacio hay de sobra. Pedro Ramírez Vázquez dejó algunos croquis para que, desde los palcos, hubiera todos los servicios”.
El Azteca, puede decirse, está viejo, “pero no por eso ha dejado de servir… Es un estadio digno”, para el Mundial 2026.