Las tres primeras jornadas del torneo han sido constantes en lo que se refiere al mal trabajo arbitral. No hay partido en el que los silbantes no tengan errores que sean corregidos por el VAR, lo que indica una VARdependencia. Aunque hay otros que dicen que son comodinos o mercenarios.
Edgardo Codesal, expresidente de la Comisión de Arbitraje, lo ve así: “Hay una VARdependencia, los árbitros esperan que el videoarbitraje asistido sea el que les corrija la plana. Se nota sobre todo en las acciones de juego brusco grave, todos salen con sacar la amarilla, para esperarse a que el VAR les marque la roja”.
Muchos dirían que esa es la intención del VAR, corregir las fallas de los silbantes, “pero si el VAR interviene tanto, esto quiere decir que los árbitros se equivocan mucho. Utilizar tanto el VAR es proporcional a los errores que se cometen en el cancha. Hoy, el VAR corrige un error grave por partido, esto quiere decir que se cometen nueve errores graves por jornada”.
Pero esto no quiere decir que sea problema sólo de los silbantes, “se nota que hay una disposición de esperar a que el VAR los corrija y la siguen todos”. Bonifacio Núñez, exgafete FIFA, va más allá: “Hace tres años que se trajo a Arturo Ángeles como instructor del VAR, y la curva, como en la pandemia, se ha ido para abajo, al revés”.
Enumeró las fallas: “El VAR debía tener mínima interferencia, y no. El que maneja el VAR debía tener la misma jerarquía que el central, y no. No se sigue el protocolo. No hay credibilidad; a veces llaman, y a veces no”.