GUADALAJARA, Jal., mayo 14 (EL UNIVERSAL).- La fe de la nación rojiblanca tuvo el sonido de una batucada y el hambre de gloria. También cánticos y brincos sin cesar. Olor a alcohol y mariguana.
Los fieles al Guadalajara ondearon las banderas afuera del hotel de concentración del equipo. Fue la forma de demostrarle al plantel del Rebaño Sagrado que no está solo, de cara a los cuartos de final de vuelta ante el Atlas.
Llegaron cerca de mil fanáticos del chiverío. La ilusión de llegar a la final y ser campeón contagió a la ciudad. El apoyo hacia al Guadalajara, incondicional.
Jugadores agradecidos que salieron de sus habitaciones para sentir el fervor de quienes fueron a visitarlos, con el fin de que se motiven y remonten la desventaja de 1-0 ante los Rojinegros.
Jair Pereira, Rodolfo Cota, Isaac Brizuela y Jesús Sánchez salieron con sus “hinchas” a ser parte de la improvisada fiesta que se armó.
“¡Vamos, Cota! ¡Tienes que dejarlos en cero!”, gritaron los fanáticos rojiblancos, quienes bailaron y gritaron durante más de dos horas.
Estuvieron niños, mujeres y hombres. Una mezcla que dejó ver que las Chivas tienen un arrastre sin comparación. Todos tuvieron el ímpetu para apoyar a su Rebaño, que esta tarde-noche se juega la vida en el clásico tapatío de Liguilla.