En los últimos días, el nombre de Ángel Reyna ha vuelto a la luz, luego de que el exatacante “defendiera” a Rodolfo Pizarro de lo que consideró ataques injustos por parte del exdirectivo del Guadalajara, José Luis Higuera. Y alejado, por ahora del futbol, busca expandir sus horizontes.
Una de esas opciones pudiera darse en la política, “pero no por necesidad”, ataja de inmediato, “me veo haciendo cosas importantes, las he hecho durante algunos años y también tengo familia dentro de la política, y no lo veo mal, siempre y cuando sea para ayudar [más a los que lo necesitan]. Mientras sea poner un granito de arena hay que cooperar”.
Si se le presenta la oportunidad, Ángel se sumaría a los exfutbolistas que han encontrado un espacio en estos puestos, como el hoy gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, y su nutrido equipo de exjugadores que son parte del gabinete de dicha entidad.
“Pero no quiero ser como Cuauhtémoc… No, no quiero porque obviamente cada quien busca ser su persona y diferente”, agrega.
Mientras pasa el tiempo y llega esa posibilidad de entrar a la política, Reyna se mantiene satisfecho de lo que hizo en el futbol. “Ahora me estoy dedicando a otras cosas que hago desde hace algunos años.
Siempre me voy a considerar un futbolista, porque he vivido de eso, es mi pasión y es el amor más grande que he tenido”, por lo que si llegara una nueva oportunidad de regresar a jugar, tampoco le cerraría la puerta.
“Los últimos años ya lo hice meramente por gusto. Si me llegara una oferta la tomaría por el mismo gusto de estar en una cancha”.
De discurso directo para no faltar a sus convicciones, Ángel comparte una apreciación fuerte y asegura que si todos los involucrados en el medio del futbol pusieran de su parte, el balompié mexicano sería todavía mejor.
Aunque para ello, se tendría que cortar con esa lucha que para muchos existe, entre analistas y jugadores: “Los futbolistas nos sentimos juzgados de más, todos nos pueden criticar cuando nos equivocamos y realmente nosotros somos los primeros en hacerlo, pero nos sentimos más juzgados por los medios y es raro, porque cuando hay exfutbolistas en las mesas [de análisis] deberían entendernos mejor”.