El Betis ganó 1-0 al Sevilla y se llevó un derbi intenso, doce años después de su última victoria en casa ante el eterno rival, con un gol de su capitán, Joaquín Sánchez, a diez minutos del final de un choque que los sevillistas acabaron con diez por la expulsión de Roque Mesa mediada la segunda mitad.
En este duelo cainita, en el que no hubo demasiadas ocasiones claras, el Betis dominó más y fue superior, sobre todo en una primera parte en la que no acertó ante el gol, lo que permitió rehacerse a un Sevilla que acabó desmoronándose tras la expulsión.
Los eternos rivales llegaban a este derbi tan tempranero con la misma ilusión y ganas de dar una alegría a su afición: el Betis más necesitado, pues aún no había ganado ni marcado un gol y, además, jugaba en casa; y el Sevilla más rodado por sus previas europeas.
El técnico verdiblanco, Quique Setién, sorprendió con Cristian Tello en la derecha para buscar más profundidad, en vez de Francis o Barragán -éste descartado junto a Boudebouz y Kaptoum de los 21 citados-, y, con el medio mexicano Andrés Guardado ya recuperado, apostó arriba por Sergio Canales, el japonés Takashi Inui y Loren.