El centrocampista mexicano del Betis Andrés Guardado afronta su séptima temporada en el equipo verdiblanco con el ánimo de «disfrutarlo al máximo» por si es su «último año aquí» y consciente de su «papel dentro del club y del vestuario», y que, por todo ello, lo está «disfrutando muchísimo».
Guardado, quien el próximo 28 de septiembre cumplirá 37 años, renovó por el Betis hasta el próximo 30 de junio junto a otro de los veteranos de la plantilla, el portero chileno Claudio Bravo y, en declaraciones a los medios del club, reflexionó sobre su aportación y las expectativas del equipo en la presente temporada.
El tapatío, uno de los capitanes de la entidad tras la retirada de Joaquín Sánchez, ha participado en la presente campaña en 72 minutos repartidos en cuatro partidos y su concurso fue clave para la victoria ante el Rayo Vallecano (1-0), aunque una lesión en el tobillo en un entrenamiento le hará ser baja, como mínimo, en el próximo duelo ante el Barcelona en Montjuic.
«Tuve un pequeño problema en el tobillo entrenando y vamos a ver cómo vamos evolucionando, espero estar lo antes posible con el equipo”, dijo el centrocampista de Jalisco, quien reflexionó sobre cómo se le acortan los plazos aunque afirmó que afronta la temporada «con toda la ilusión» para «aportar todo lo que pueda» desde su «trinchera, cuando me toque», explicó.
Sobre su responsabilidad como capitán del grupo del chileno Manuel Pellegrini, dijo que heredar el brazalete de Joaquín es «una responsabilidad muy grande» que afronta a su manera para «honrar la capitanía» con sus virtudes, aunque precisó que el portuense «no se puede comparar nadie con él» porque «es una leyenda y es canterano».
Reconoció que «con los años, a veces no te toca aportar mucho dentro del campo, aunque si no está eso no te tienen en cuenta», y abundó en la importancia del ejemplo al afirmar que «como capitán» tiene «que darlo todo fuera del campo y dentro, subir el nivel porque si no, se pierde importancia».